El abogado de Iván Granados Peña, Miguel García Pajuelo, ha dicho hoy, en la En la quincuagésima sexta jornada del juicio por el 11-M, que su cliente fue utilizado por el procesado Emilio Suárez Trashorras, quién abusó de su confianza porque era una "persona bondadosa, confiada y abierta".
Iván Granados está acusado de los delitos de asociación ilícita y de suministro de explosivos, por los que la Fiscalía pide en su caso un total de 4 años de prisión.
García Pajuelo calificó a su cliente como una persona "buena y bondadosa" pero con un carácter gregario e influenciable que propició que "fuera utilizado" por José Emilio Suárez Trashorras que hizo incluso uso de su teléfono móvil para efectuar distintas llamadas a “El Chino” y al Inspector Jefe de Estupefacientes de Avilés, Manolo García "Manolón", desde el mismo.
El letrado aseguró que su cliente no participó en ninguna actividad ilícita con el procesado Emilio Suárez Trashorras, y recordó que se negó a transportar explosivos a Madrid cuando éste se lo propuso, por lo que dijo que no existían los delitos de asociación ilícita y suministro de explosivos, por los que el fiscal pide cuatro años de cárcel.
Relató que lo único que hizo su cliente fue acompañar a Trashorras a un mirador cercano a Mina Conchita, donde el primero le dijo que iba a recoger unos DVD sobre caza, y que Iván Granados no bajó del coche. Por último, le propuso hacer un viaje a Madrid para transportar explosivos y su patrocinado se negó.
Sobre las declaraciones acusatorias de Gabriel Montoya, “El Gitanillo”, argumentó el defensor que resultan contradictorias, pues parece ser un agente orientaba sus declaraciones y por eso, en algunas ocasiones, carga contra Suárez Trashorras y otras contra Iván Granados. Así, señaló el letrado, “dijo que vio a Iván al día siguiente del viaje de éste a Madrid y que le dijo que sabía que había bajado explosivo, porque había acompañado a Trashorras a la mina. Esto es algo inventado. Iván lo ha negado y Montoya Vidal nunca vio a Iván en la mina”.
También hizo notar que Carmen y Antonio Toro han declarado no “conocer” a Iván y haberle visto sólo en alguna ocasión, pues “Iván sólo conocía a Trashorras y a “El Gitanillo”. No tiene contacto alguno con Raúl González Peláez, ni con Javier González Díaz, ni con Sergio Álvarez Sánchez, ni con Antonio Iván Reis”.
Al igual que han hecho otros letrados en sus alegatos finales, García Pajuelo denunció irregularidades en el interrogatorio efectuado a su cliente cuando fue detenido, y pidió la nulidad de las actuaciones por las irregularidades que ha provocado el secreto del sumario.
García Pajuelo explicó que su defendido implicó a otro de los acusados Raúl González, "El Rulo", porque durante una de las declaraciones efectuadas cuando se encontraba detenido, sin contar con asistencia letrada, le ofrecieron darle una pizza para cenar y le dijeron que iban a poner le en libertad.
"Mi cliente accedió", agregó el abogado que recordó que en aquel momento Granados sólo tenía 21 años. Por ello, solicitó que esta declaración sea tenida como "nula".
No cobraba alquiler
El abogado Julio Sánchez-Majano, defensor de Mohamed Larbi Ben Sellam, negaba hoy la pertenencia de su defendido a la célula terrorista responsable de los atentados y ha argumentado, que a pesar de que el confidente policial "Cartagena" le haya acusado de ser el “mensajero" de "El Egipcio", solo coincidió con éste en la Mezquita de Estrecho y no mantuvo posteriores contactos telefónicos con el considerado autor intelectual de los atentados.
Sánchez-Majano explicó, para demostrar que su cliente, al que se le atribuye el adoctrinamiento de muyahidines para ser enviados a Irak, no cometió los delitos de pertenencia a organización terrorista y conspiración para el asesinato terrorista por los que el fiscal pide 27 años de cárcel.
Destacó que "El Egipcio" no habla de Larbi Ben Sellam en ningún momento ni mantiene conversaciones telefónicas u otros contactos con él cuando se encuentra en Italia. Tampoco puede extraerse ningún dato en este sentido, de la información existente en la comisión rogatoria italiana, afirmó el abogado defensor.
Larbi Ben Sellam también esta procesado en la "Operación Tigris" desarrollada en 2005 contra una red dedicada a enviar "yihadistas" a Irak y en la "Operación Nova", que en 2003 desarticuló una célula islamista que decidió impulsar atentados contra intereses en España, pero la Fiscalía ha excluido de este juicio a Ben Sellam a la espera de que termine el que se sigue por el 11-M.
El abogado descartó que su defendido ofreciera cobertura logística a Mohamed Afalah, huido y al que se supone muerto en Irak o al acusado Youssef Belhadj, para facilitarles su salida de España.
Relató que su cliente vivía en la localidad barcelonesa de Santa Coloma de Gramenet pero la casa que habitaba, anexa a la Mezquita, era un lugar de paso de multitud de personas que la utilizaban para dormir ya que no se cobraba alquiler.
Explicó muchos jóvenes musulmanes que llegan a España sin trabajo y con escasa formación, acuden a estos centros como un medio de encontrar trabajo y conocer a otros musulmanes ya asentados en el país.
En cuanto a la huella dactilar perteneciente a su cliente que apareció en uno de los libros hallados en el desescombro del piso de Leganés en el que se suicidaron siete terroristas, el letrado dijo que el intercambio de libros entre las distintas personas puede llevarnos a pensar que la huella pudo llegar allí "de muchas maneras", y no porque su cliente tuviera relación con los suicidas.
Documentos falsificados
La sesión de hoy la había abierto, por la mañana, la defensa del acusado Mahmoud Slimane Aoun, Cristóbal Gil del Campo, quién aseguró que la documentación falsa que tenía su cliente cuando fue detenido el 28 de julio de 2004 era suya, y no del suicida Jamal Ahmidan, "El Chino", pues aunque estaba manipulada aparecía la foto de su patrocinado.
"Esa documentación no puede ser utilizada para ninguna otra persona porque se tendría que proceder de nuevo a una manipulación del documento", sostuvo el abogado, que añadió que en el registro que se practicó en el domicilio de Slimane Aoun no se halló "ningún otro documento", ni materiales, ni instrumentos para falsificar.
Además, subrayó que su patrocinado, quien se enfrenta a una petición de pena del fiscal de 13 años de cárcel por colaboración con organización terrorista y falsificación de documentos oficiales, "ni siquiera tiene las facultades físicas" para manipular documentos, pues "como todo el mundo sabe le faltan dos dedos de una mano, cosa que le imposibilita para realizar labores de falsificación”.
Según el fiscal, Slimane Aoun ayudó a "El Chino" en la falsificación de documentos para los miembros de la célula terrorista que perpetró la masacre, además de mantener un contacto telefónico "muy intenso" con él durante los primeros meses de 2004.
El abogado defensor ha descartado que su cliente sea culpable de los delitos de los que se le acusa, ya que la principal prueba en su contra, el registro de las llamadas efectuadas a "El Chino", no es correcto ya que de los 140 contactos del listado sólo 95 fueron efectivos.
Gil del Campo recordó además que su cliente, que siguió la exposición de su defensa con angustia y gran parte del tiempo con las manos entre la cara, no está en libertad porque no pudo pagar la fianza de 50.000 euros que le impuso el juez instructor del 11-M, Juan del Olmo, en abril de 2006.
La sesión se reanudará el próximo lunes día 2 de julio a las 10 horas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario