viernes, 29 de junio de 2007

La irresistible y letal atracción del 'in dubio, pro reo'




PREGUERIAS
 
La irresistible y letal atracción del 'in dubio, pro reo'
 
VICTORIA PREGO

Esto va a mayores. Los abogados defensores van creciéndose según pasan los días. No sé si será esto el efecto de la suma de sus intervenciones. El caso es que de tanto oírles explicar con todo detalle cómo se han visto limitados en su labor de defensa, el relato de sus avatares acaba produciendo la certeza de que no estamos ante una triquiñuela de los letrados, sino ante algo verdaderamente grave. Algo que es imposible que no sea tenido en cuenta por el tribunal.
Pero no es sólo eso. El hecho de que las primeras intervenciones en el juicio oral correspondan a la Fiscalía y a las acusaciones, deja a las defensas el papel estelar en el recuerdo de quienes, no siendo profesionales de esto, siguen el desarrollo de la vista. El efecto final es que los argumentos de los defensores se van haciendo cada vez más sólidos y parecen debilitarse cada vez más las conclusiones definitivas de los acusadores. Quizá sea porque, tanto ellos como el fiscal, han de hacer un dibujo general de la situación , fijando el papel de todos y cada uno de los procesados, mientras que los defensores dedican su atención de manera exhaustiva a uno solo de ellos y pueden así desmenuzar, y desmenuzan efectivamente con maestría, todas o muchas de las pruebas de cargo.

«Y si las acusaciones no logran acreditar su relato ni desacreditar mi relato alternativo, entonces es el mío el que debe prevalecer». Esto fue lo que, en mitad de su apabullante y magnífica intervención, recordó el abogado Francisco Andújar. Estamos ante el principio de la presunción de inocencia y ante el celebérrimo axioma de que, en caso de duda, hay que inclinarse en favor del reo. Andújar tuvo ayer la dificilísima tarea de defender a uno de los presuntos autores intelectuales de la matanza del 11-M, Yusef Belhadj. Pero lo hizo, vaya que sí. No hubo detalle, ni sugerencia, ni documento, ni número de teléfono, que un sudoroso y apasionado Andújar no pusiera ayer sobre la mesa para cargarse, o intentar cargarse, todos los elementos que implican a su defendido en la planificación de la matanza. Puso en muy seria duda la fiabilidad del escrito de la Fiscalía y no digamos ya los de las acusaciones. Pero no fue el único en dejar profunda huella en los oyentes. José Luis Borraz, con una intervención más técnica pero muy fundamentada, defendió con gran eficacia a Hassan El Haski, otro de los supuestos «autores intelectuales». Y Ricardo López hizo lo propio sobre Nasredine Bousbaa. Sólo tres letrados, pero qué tres argumentaciones.

Anegada por la zozobra de estar peligrosamente cerca de la deslizante pendiente del in dubio, pro reo, resulta muy de agradecer que ahí, en estrados y en silencio, se sienten tres magistrados que escuchan, filtran y anotan. Y que , cuando sea, sentenciarán.

victoria.prego@el-mundo.es
 

No hay comentarios: