Semana del 28 al 30 de mayo de 2007
Crónica de la decimo quinta semana de 28 a 30 de mayo
La composición de la dinamita que explotó en los trenes del 11-M ha sido el centro de atención de la decimoquinta jornada de la vista por los salvajes atentados del 11-M, que se completó con los análisis psiquiátricos realizados a Suárez Trahorras y nuevas traducciones de las conversaciones inculpatorias de “El Egipcio” en Italia.
En la cuadragesimosegunda jornada del juicio, el 28 de mayo, La miembro de los TEDAX, que dirige desde hace veintitrés años el laboratorio de su Unidad Central, testigo 17632, y licenciada en Químicas, que analizó los restos de los explosivos recogidos en doce focos del 11-M, aseguraba, en la cuadragesimosegunda jornada del juicio, que después de una explosión "nunca se puede determinar la marca o el nombre comercial" de una dinamita, puesto que la propia deflagración hace que desaparezcan componentes que determinan el tipo concreto.
Explicó, que la conclusión final de su informe es que el explosivo que estalló en los trenes fue “dinamita”, ya que no pudo determinar de qué tipo era, porque “la propia explosión conlleva que desaparezcan determinados aditivos del explosivo” y, "faltando esos componentes, nunca se puede decir el nombre comercial del explosivo".
El fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, le preguntó si dicha contaminación se pudo producir en el lugar donde se almacenaron las muestras en dependencias policiales. La perito no lo descartó, aunque sostuvo que las muestras fueron debidamente almacenadas en bolsas y en condiciones apropiadas para evitar su deterioro o contaminación.
La TEDAX aseguró que estas muestras han estado almacenadas sin luz, lejos del paso de la gente, a temperatura y humedad constantes, en un lugar cerrado y ventilado, pero sin acceso, introducidas las muestras en un armario. Ello es así, porque “lo más importantes es que la temperatura y la humedad permanezcan a temperatura constante”.
Solución de acetona
También relató que sometió a lavados con agua y acetona fragmentos de todas las muestras, pero en el caso de las grandes dejó restos sin lavar, y que los TEDAX no le entregaron muestras recogidas en los trenes, que ya estuvieran en solución de acetona, por lo que no le llegaron disolventes ni líquidos.
Zaragoza también preguntó si en parte de los análisis se emplea acetona para disolver los posibles restos que haya dejado la explosión en las piezas extraídas de los focos, a lo que ella asintió, y añadió que por ello se utiliza la mínima cantidad de muestra ante la posibilidad de que se deteriore y haya que realizar un nuevo análisis.
El tribunal le requirió las notas que elaboró desde el mismo día de los atentados hasta que redactó su informe el 26 de marzo de 2004, y que en un receso fueron aportadas por la química.
Finalmente, ratificó en que todo el explosivo requisado a los terroristas en los distintos escenarios de los atentados -Renault Kangoo, mochila bomba de Vallecas, artefacto fallido del AVE y piso franco de Leganés- es Goma 2 ECO similar a la sustraída por el comando islamista, con la ayuda de Emilio Suárez Trashorras, en Mina Conchita.
Discrepancias con los peritos
La TEDAX, por su parte, discrepó con varios de los firmantes del nuevo informe en cuanto a la posible contaminación de muestras. En su opinión es posible la contaminación dada la volatilidad de la dinamita. Esta afirmación fue rechaza por uno de los peritos de parte del documento más reciente que explicó que en el caso de las dinamitas para que un compuesto atípico pase a una goma "hace falta que la concentración de estos componentes sea muchísimo mayor que la que se encuentra en la composición" del cartucho como tal.
Este perito precisó que en los últimos análisis se realizaron pruebas introduciendo dos cartuchos de dinamitas distintas en una estufa sin que se produjera contaminación. El jefe de la pericia, en torno los nuevos informes sobre los restos disponibles de explosivo utilizado en los atentados, concretó que estas estufas cuenta con una apertura que puedo contribuir al resultado de la prueba.
Los ocho peritos encargados de realizar los nuevos informes (dos policías nacionales, dos guardia civiles y cuatro propuestos por las partes), testigos 47, 9278365-G, F-37053-V, 1457157-S, 26722108-H, 22411749-C, 12151358-K, Z-43731-T, intervinieron durante la jornada del lunes y continuaron en la del martes, 29 de mayo.
Los peritos coincidieron en que la presencia de sustancias ajenas habitualmente a la composición de una dinamita halladas en los recientes análisis no se debió a una contaminación por acción humana, ya que "nadie es capaz de contaminar de manera igual todas las muestras", apuntó un perito de la Policía.
También concretaron, a petición del presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, las composiciones de tres tipos de dinamita, la Goma 2 ECO, la Goma 2 EC y el Titadyne.
Así, establecieron que la Goma 2 ECO contiene nitrato amónico, harina o serrín, carbonato cálcico, nitroglicol, nitrocelulosa y talato de dibutilo (dibutilfato). La Goma 2 EC está compuesta por nitrato amónico, dinitrotolueno (DNT), nitrocelulosa, nitroglicol, nitroglicerina, combustibles y estabilizantes. Por último el Titadyne, indicó el portavoz del grupo de expertos, está conformado por nitrato amónico, nitroglicol, nitroglicerina, nitrocelulosa y dinitrotolueno.
Explicaron que los detonador únicamente contiene iniciadores de la explosión sin relación alguna con los componentes de la dinamita.
Contaminación posterior
Se pudo saber que el componente específico del Titadyne, la nitroglicerina, solo se localizó en uno de los 23 focos de las explosiones estudiados, en un contraanálisis realizado en febrero pasado. Y esta presencia, no registrada en los otros 22 focos, tuvo que deberse a una contaminación de la muestra recogida tras los atentados en la estación de El Pozo -polvo de extintor-, ya que la Policía Científica y los TEDAX analizaron la misma muestra en el 2004 y no tenía un solo componente de ese componente explosivo.
Se produjeron discrepancias entre los peritos presentes en la sala en cuanto al lavado de las muestras y el análisis de algunas de ellas que se remitieron sin especificar si se habían lavado o no.
No obstante, al final, la mayoría de los peritos ha aceptado que el baño con acetona es un método indispensable para detectar los componentes orgánicos y algunos inorgánicos que pueden dejar las bombas cuando estallan.
Cuatro peritos policiales (dos de la Guardia Civil y dos de la Policía), que realizaron el análisis final de los explosivos utilizados en la masacre mantuvieron sus posiciones de que las muestras resultaron contaminadas en el lugar de almacenaje y que por eso no se detectaron en el primer análisis. Sin embargo, discreparon a lo largo de toda la jornada con los otros cuatro peritos (dos propuestos por la defensa y otros dos por la acusación) en cuanto al tipo exacto de explosivo.
Las divergencias entre ellos fueron tantas que ni siquiera al presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, le quedó claro si entre los componentes de la Goma 2 Ec se ha utilizado en alguna ocasión nitroglicerina, por lo que requirió una aclaración al perito de la Policía Científica que le aportó un documento en el que se señala que en 1999 "nitroglicerina/nitroglicol" forman parte de este tipo de dinamita, sin especificar cuál de las dos.
.Los peritos mostraron dudas en torno a la composición de la Goma 2 EC y en concreto sobre si entre sus componentes figura la nitroglicerina.
Esto fue así, según explicó uno de los expertos porque en la especificación de la composición de la Goma 2 EC no queda determinado si se utiliza para fabricarla nitroglicol o nitroglicerina y en esta dinamita pueden estar presentes los dos componentes en proporciones variables, o sólo uno o el otro.
Apariciones posteriores
Una vez admitida la posibilidad de que la Goma 2 EC -y no sólo el Titadyne- contenga nitroglicerina, otra de las abogadas preguntó a los peritos sobre la posibilidad de que en los trenes los terroristas utilizaran una mezcla de Goma 2 ECO y Goma 2 EC.
Los peritos policiales apuestan por la hipótesis de que las muestras sufrieron contaminación ambiental en el laboratorio en el que quedaron almacenadas tras los primeros análisis practicados nada más ocurrir los atentados, mientras que los de parte no llegaron a concretar, por un lado, si esa contaminación se produjo y, si se produjo, la manera en que ocurrió.
Los dos peritos de la Guardia Civil mantuvieron su teoría de la contaminación en que en los análisis que se elaboraron en fechas cercanas a los atentados, "en al menos diez muestras que se analizaron en 2004 no se detectó presencia de dinitrotolueno ni nitroglicerina", y ahora, en algunas de esas muestras, aparecen estos componentes.
Esto demostraría que la contaminación fue durante el almacenaje de las muestras en sede policial y no porque los terroristas mezclaran los explosivos.
Como ejemplo de contaminación sacaron a relucir una comparativa de tres muestras de explosivo extraídas del artefacto hallado en la vía del AVE en Mocejón (Toledo), el 2 de abril de 2004.
Ninguna de esas muestras tenía DNT y NG en su origen, punto en el que coincidieron los ocho peritos, y dos de ellas fueron custodiadas en sendos tubos Falcon por la Guardia Civil y una tercera por la Policía Científica en una bolsa de plástico.
Distinto embalaje
Al ser analizadas esas muestras para este nuevo informe final detectaron que la muestra guardada en la bolsa de plástico presentaba trazas de DNT y NG, mientras que las muestras guardadas en los tubos Falcon seguían sin presentar ninguno de esos componentes.
Destacaron, además, que la cantidad de nitroglicerina detectada "no tiene lógica industrial" considerando que la contaminación no fue de fábrica, y tampoco cree que se produjera en Mina Conchita, de donde supuestamente se sustrajeron los explosivos del 11-M, porque "la humedad impide mucho la contaminación".
Esta afirmación quedó reforzada por la declaración que antes de la exposición del informe prestaron otros dos peritos de la Guardia Civil que en junio de 2004 analizaron cuatro cartuchos de Goma 2 Ec y de Goma 2 Eco que encontraron desperdigados en Mina Conchita y que aseguraron que no apreciaron en ninguno muestras de contaminación.
Los peritos, que concluyeron su exposición, discutieron también acerca de la muestra M-1, recogida en uno de los focos de las explosiones en la estación de El Pozo.
Esta muestra son polvos de extintor recogidos en ese foco, por lo que algunos de los peritos observan que, debido a la gran absorción que caracteriza a esta sustancia, pudo haberse contaminado en el mismo foco de la explosión o posteriormente, en el lugar de almacenamiento de las muestras.
Los peritos discrepantes no ofrecieron tesis alternativas, aunque el perito 12151358-K insistió en su tesis “anti-contaminación” y enfatizó que hay que tener en cuenta que la M1 era polvo de explosivo.
Polvo de extintor
La única coincidencia en torno a los explosivos fue la de que no es posible determinar la marca comercial del explosivo utilizado en las bombas de los trenes. Aún así, tres de ellos expusieron discrepancias en cuanto a una única muestra de las 88 examinadas, correspondiente al foco de explosión número 3 del tren de El Pozo. La composición de la muestra, un polvo de extintor utilizado para apagar un foco incendiado, es para estos tres expertos, propuestos para la pericia por partes personadas en la causa, similar a la del Titadyne, pero varía porque el polvo del extintor "absorbe cualquier aditivo y cualquier sustancia que exista", describió.
Sin embargo, uno de los peritos de parte recordó que, según declaró la químico de TEDAX que analizó esta muestra, y después la envió a Policía Científica, las muestras estuvieron almacenadas en el laboratorio dentro de un armario en varios envoltorios, lo que haría, para este perito, difícil que se contaminaran allí.
El perito de la Policía Científica rebatió este argumento señalando que "el embalaje" empleado por la perita para conservar las muestras "no es correcto" ya que las bolsas "no eran herméticas".
Existió conformidad entre todos los peritos en que las sustancias que encontraron y no explotaron corresponden a goma-2 ECO, pero no se pusieron de acuerdo en cuanto a una muestra localizada en el tren de El Pozo, un polvo de extintor marcado como M-1 tanto en su composición como en los motivos de la presencia de distintas sustancias (dinitrotolueno y nitroglicerina).
Clavos y tornillos
Dos miembros de los TEDAX que se centraron en el análisis de los componentes del artefacto de la "mochila de Vallecas" reconocieron el lunes que, por un error de trascripción, citaron en su informe la metenamina como uno de sus componentes, aunque después enviaron una nota aclaratoria en la que explicaban que no había ese componente, del que dejaron constancia en su momento de que había aparecido en los restos de explosivos de la furgoneta Renault Kangoo.
Por su parte, los peritos de los TEDAX que recogieron y analizaron los elementos de metralla de los focos de las explosiones del 11-M, testigos, 58655, 66646 y 27390, manifestaron que había "similitudes significativas entre esos clavos y tornillos y los recuperados en el artefacto de la mochila de Vallecas" que desactivaron sus compañeros.
Explicaron que recuperaron metralla de todos los focos de los atentados: la estación de Atocha, la de El Pozo, la de Santa Eugenia y la calle de Téllez, y señalaron que algunos de los clavos estaban incrustados en las paredes de los vagones de los trenes.
Recordaron que también hicieron una comparativa con la caja de tornillos que se halló entre los escombros del piso de Leganés (Madrid), en el que se suicidaron siete autores de la masacre, y dijeron, sin embargo, que no había ninguna similitud apreciable con los recogidos en los focos, de los que dijeron eran de “fácil adquisición, de libre comercialización y de diferentes tipos y tamaños”.
Además añadieron que no pudieron hacer el cotejo con lo hallado en la finca de Chinchón, donde supuestamente se montaron las bombas, porque sólo vieron el reportaje fotográfico que se hizo de los efectos recuperados en aquella vivienda.
Era nitroglicol
Los peritos de la Guardia Civil encargados de realizar los análisis sobre cuatro bolsas con dinamita localizadas el 18 de junio de 2004 en una inspección en Mina Conchita, testigos F37053-V y B-45001-Z.
Los peritos se explicaron que el hecho de apreciar nitroglicerina en una de las muestras se debió a que, en un principio, se utilizó la técnica de espectrometría de infrarrojos, que no es la más adecuada. Luego se aplico la técnica de mayor rigor y específica para este tipo de análisis: la técnica “HPLC”, que arrojó el resultado, con toda certeza, de nitroglicol.
Los guardias civiles explicaron que el tiempo de caducidad de un explosivo depende de su forma de conservación, puesto que uno conservado en una nevera puede durar años, pero desconocían el estado de conservación en Mina Conchita. De las tres muestras que analizaron, tres estaban gelatinosas y en buenas condiciones y sólo una estaba seca.
También explicaron que las Goma 2 ECO es diferenciable a simple vista de la EC por su coloración: una es blanca (ECO) y otra rojiza. No obstante, el perito matiza que la coloración no es un dato suficiente para hablar de un tipo de explosivo. También explica que la única dinamita de color blanco que conoce es la Goma 2 ECO.
La Goma EC se dejó fabricar en 2002. No obstante, hubo un periodo, de 1999 a 2002, en que se coincidió en la fabricación de ambas dinamitas, ECO y EC, en un mezclador
Diez kilos de dinamita
Finalmente, el miércoles, cuatro peritos TEDAX, dos policías y dos guardias civiles, testigos Y-40036-P, M-96780-Y, 19568 y 66646, que elaboraron un informe comparativo sobre los explosivos de los focos del 11-M y de Leganés basado en los análisis policiales previos, afirmaron que "era dinamita y ningún indicio lleva a pensar que hubiera otro explosivo, ni por los efectos ni por su composición".
Indicaron que la cantidad de explosivo usada en todos los focos de las explosiones fue más o menos similar, aunque con seguridad debió de ser algo mayor en el de Téllez (vagón 4) y ligeramente menor en un foco de Santa Eugenia.
En cada foco debieron explosionar cerca de 10 kilogramos de explosivo, teniendo en cuenta para su medición, tanto el tamaño del cráter, la acumulación de personas, la ubicación del explosivo, la resistencia de los trenes, si están las puertas en su sitio o no y si la cabeza era tractora o de remolque, explicaron.
Para llegar a la conclusión de que se emplearon esos 10 kilos de dinamita, explicaron que es determinante la constatación de que el primer artefacto que se neutraliza, sacado del vagón número 1 del tren de Atocha, contenía 10 kilos, igual que el artefacto de Vallecas. Entonces, se estudiaron los efectos de la explosión en Atocha, extrapolándose esos resultados a los demás focos, ya que en todos ellos el cráter era similar y la metralla incrustada también.
El efecto direccional de la explosión deriva de la estructura de los trenes, relataron también. “En el vagón número 6 de Téllez, por ejemplo, no hay otra explicación: el punto más débil es el final de los elementos del techo con el final del vagón, habida cuenta de que al principio se encuentra el remolque”, afirmaron.
Los peritos explicaron, que después de una explosión se trabaja siempre con componentes genéricos, que en este caso fue “dinamita, sin nombres y apellidos, ya que si no hay sustancia entera es prácticamente imposible determinarlo”.
Sólo en el caso de la materia entera, la que no ha estallado, se puede saber que era Goma 2 Eco y, según los expertos, “el color y la textura gelatinosa del explosivo de los trenes también era similar al hallado en el artefacto de la mochila de Vallecas que no explotó, y la cantidad, de unos diez kilos, también coincidía.
En el caso de la explosión del piso de Leganés, en el que se suicidaron siete autores de la masacre, también hay coincidencia en el tipo de explosivo aunque la cantidad era mayor, de unos 30 kilos.
Discrepancias psiquiátricas
El martes, los médicos forenses y los psiquiatras que reconocieron clínicamente al acusado José Emilio Suárez Trashorras y le diagnosticaron una serie de trastornos psíquicos, los doctores Juan Miguel Monge Pérez, Sira Peña López, José Luis Morán Junquera y Julio Bobes García, consideran que a pesar de ello podía conocer las consecuencias de vender explosivos, dada la actividad que desarrolló en la mina en Asturias.
A pesar de las discrepancias iniciales acerca del alcance de las enfermedades en las capacidades de Trahorras entre el psiquiatra de la Seguridad Social que le trató desde septiembre de 1997 y diciembre de 2003, José Luis Morán; el de parte, el catedrático de la Universidad de Oviedo, Julio Bobes; y el médico forense de la Audiencia Nacional, Juan Miguel Monge, los tres llegaron a admitir que no tenía anulada su capacidad volitiva y cognitiva.
El doctor Bobes le exploró el 20 de junio de 2004 y recogió sus conclusiones en informe de 4 de julio de 2005. Afirmaba que Trashorras "es capaz de comprender la diferencia entre el bien y el mal" y que "lo que tiene anulada es la capacidad de controlarse", pero que "la capacidad cognitiva la tiene preservada" y cree que no estaba "influido por otros".
El Dr. Bobes manifestó que la Organización Mundial de la Salud aconseja usar una escala para graduar la enfermedad psiquiatrita y que él así lo hizo. Sus informes coinciden con otros muchos. Se trata de un enfermo mental grave (incluso se le considero inapto para realizar el Servicio Militar y el Ministerio de Trabajo le otorgó la incapacidad laboral absoluta en mayo de 2003.
El doctor Morán manifestó que, en los años que ha tratado a Trashorras, ha observado en él trastorno de personalidad de tipo paranoide, trastorno esquizo-afectivo bipolar y trastorno de personalidad derivado del consumo de alcohol y sustancias psicotrópicas. Por ello, el ex minero "tenía la capacidad volitiva anulada en diciembre de 2003", y aunque "pudo verse envuelto en esta situación" por la que se le está juzgando, "no pudo ser capaz de planear algo como esto".
Este psiquiatra trató a Trashorras desde septiembre de 1997 hasta diciembre de 2003: un total de 6 años y medio y participó en el Tribunal que le dio la baja laboral. Padecía trastorno afectivo bipolar.
No obstante, el más categórico a la hora de negar que esas capacidades las tuviera afectadas cuando supuestamente vendió los explosivos a la célula islamista que perpetró el 11-M fue el doctor Monge, quien aseguró que "no padece enfermedad que limite su capacidad" y por tanto "no carece de actitudes para entender y comprender".
Añadió además que cuando le visitó en la cárcel el 25 de julio de 2005 para reconocerle no le observó ningún síntoma psicótico ni ningún trastorno mental grave.
Trastornos permanentes
A su juicio Trashorras "no cumple ningún criterio científico de esquizofrenia", y aunque admitió que "un psicótico con consumo de cocaína" puede tener afectada la capacidad volitiva, "la capacidad de conocer en absoluto, a pesar de que pudiera verse disminuida".
Y finalmente, el doctor Vicente explicó que le controlaba la medicación antipicótica (oral y parenteral) a Trashorras e indicó que "no hay duda de que se trata de un enfermo mental", y respecto a que el médico forense de la Audiencia Nacional no lo percibiera, indicó que en las prisiones los trastornos del tipo que sufre Trashorras -bipolar y psicótico- "suelen mejorar porque los límites están muy cerrados".
"Los trastornos de personalidad son permanentes y persistentes", destacó este psiquiatra al añadir que los episodios psicóticos que sufría Trashorras, derivados fundamentalmente del consumo de drogas, "afectan a la capacidad volitiva y a la cognitiva", aunque "no se puede precisar si en los días relacionados con los hechos este hombre estaba en un episodio psicótico".
A preguntas de la defensa del acusado Iván Granados, Monge manifestó que los trastornos de Trashorras hacen que sea una persona que pueda manipular a la gente porque "son sujetos que engañan y mienten buscando un beneficio personal", aunque señaló que no ha apreciado en él rasgos obsesivos.
Errores de traducción
El miércoles, 30 de mayo, dos intérpretes que tradujeron por segunda vez las conversaciones en las que el acusado Rabei Osman El Sayed, "Mohamed El Egipcio", se atribuía la autoría intelectual del 11-M, aseguraron en la cuadragésimo cuarta sesión del juicio por los atentados, que la traducción italiana tiene "graves errores", pero sí reconoció que "estaba al tanto" de lo que iba a ocurrir.
Los intérpretes, que son los que habitualmente realizan la labor de traducción en el juicio. Uno de ellos es interprete y traductor y trabaja en la Oficina de Lenguas del Ministerio de Justicia. El otro perito es egipcio, también es traductor e intérprete y ejerce desde hace más de 13 años.
Ambos peritos tradujeron, entre otras, las conversaciones ambientales que "El Egipcio" mantuvo con su discípulo Yahia Mouad Mohamed Rajah cuando convivieron juntos en Milán (Italia), donde fue detenido el 7 de junio de 2004, y, según dijeron, "el 90 por ciento de la trascripción tiene poco que ver con las traducciones italianas".
”Las traducciones italianas adolecen de falta de rigor, de interpretaciones inadecuadas y palabras e incluso frases enteras trascritas que no se escuchan en las grabaciones”, señalaban.
Uno de los peritos manifestaba que en la traducción de una de las conversaciones de ambiente, de mayo de 2004, se escucha una referencia a la leyenda árabe de un califa histórico de Bagdad del siglo IX, que tomó como pretexto el salvar a una mujer para conquistar territorios extranjeros, “Este pasaje se utiliza de forma muy recurrente en el mundo árabe y sin embargo el traductor no supo darle este sentido amueblándola con un contexto que no coincida”, sentenció.
Desconocimiento cultural
Por ello, los peritos consideran que hay algunas frases que se han malinterpretado por desconocimiento de la lengua y la cultura árabes y que los traductores italianos "amueblaron todo un contexto que no concuerda con la trascripción original".
Otra de esas frases trascritas en Italia, correspondiente a una conversación con Yahia, de mayo de 2004, "El Egipcio" supuestamente se atribuye la autoría del 11-M al afirmar que "el hilo de la operación fue mío", y lo que los traductores de la Audiencia Nacional han traducido es lo siguiente:
- Rabei Osman: “Todos mis amigos se fueron, se han ido todos, me quedé solo, todos mis amigos se han ido, los hay quienes murieron en el camino de Dios en Afganistán, no te voy a ocultar la operación de Madrid que acaban de hacer. El tren ése de Madrid que explotó, son mi gente quién la hizo,... nuestra gente”.
- Yahia: “¿En España?”
- Rabei Osman: “Sí, todos son amigos míos, de ellos, cinco cayeron mártires, que en paz descansen, y ocho están en la cárcel, pero Dios no quiso mi martirio y me salvó de la cárcel. Yo no estaba con ellos en aquellos días pero fue mi gente..., y yo estaba al tanto previamente, pero exactamente,... pero exactamente, lo que iba a pasar no me dijeron.”
Sobre la trascripción italiana en las que se atribuye a Osman El Sayed la afirmación: "Hay que entrar en las filas de Al Qaeda, hay que ir con los qaidim,(....), no podemos quedarnos dormidos", los intérpretes explicaron que el término "qaidim" es un plural de un sustantivo que procede de una cita coránica en la que se utiliza para referirse a "alguien que se sienta, se queda o no participa", pero no tiene relación con la actual organización Al Qaeda.
Por esa razón, los traductores, que han analizado con detalle 60 horas de grabación y han manifestado no sentirse condicionados por la defensa de "El Egipcio", consideran que ha sido "una mala interpretación artificial que denota el desconocimiento de la cultura árabe o de citas teológicas".
A continuación señalaron que “Yihad” significa lucha o esfuerzo, aunque este término se puede expresar en muchos contextos, como, por ejemplo, el de “guerra santa”, pero ellos no tienen datos para traducir yihad en un sentido o en otro, por lo que en su informe han mantenido la palabra yihad latinizada, con el fin de evitar equivocaciones.
En este momento, el presidente del Tribunal señaló que “la interpretación de si yihad se refiere a esfuerzo interior o a la guerra en ese contexto la hará el Tribunal”.
Zouhier expulsado
El lunes, Rafá Zouhier fue expulsado del juicio del 11-M por cuarta vez y apercibido por el presidente del tribunal, tras darle un codazo a uno de sus compañeros en la sala blindada, el acusado Hamid Ahmidan, primo de "El Chino".
En un primer momento el presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, creyó que el agresor había sido Zougam, por lo que ordenó que fuera expulsado y que se diera “cuenta de la agresión al juzgado correspondiente”.
Sin embargo, tras una pausa de diez minutos, rectificó y anunció que "se trata como siempre de Zouhier".
Los acusados José Emilio Suárez Trashorras y Hamid Ahmidan siguieron las sesiones del martes y del miércoles desde el exterior del habitáculo blindado donde habitualmente lo hacen los procesados que están presos.
Trashorras siguió la sesión, después de que lo ordenara el tribunal al considerar que este procesado estaba algo "inquieto", mientras que Ahmidan, primo del suicida Jamal Ahmidan, "El Chino", le dio un codazo Rafá Zouhier en el interior de la "pecera", pedía permanecer fuera del habitáculo debido al citado incidente.
La fase pericial del juicio, que comenzó a practicarse el pasado 9 de mayo y en la que se habrán realizado alrededor de sesenta pericias, dando paso a la prueba documental, en la que se verán y se dará cuenta de todos aquellos documentos solicitados por las partes, como por ejemplo un vídeo yihadista que supuestamente visionaban algunos de los acusados.
Esta fase se inició el miércoles con la prueba documental en la que se dio cuenta de los documentos y el material audiovisual que se ha ido incorporando al sumario durante la investigación.
El juicio se reanudará el próximo lunes día 4 de junio a las 10.00 horas.
Crónica de la decimo quinta semana de 28 a 30 de mayo
La composición de la dinamita que explotó en los trenes del 11-M ha sido el centro de atención de la decimoquinta jornada de la vista por los salvajes atentados del 11-M, que se completó con los análisis psiquiátricos realizados a Suárez Trahorras y nuevas traducciones de las conversaciones inculpatorias de “El Egipcio” en Italia.
En la cuadragesimosegunda jornada del juicio, el 28 de mayo, La miembro de los TEDAX, que dirige desde hace veintitrés años el laboratorio de su Unidad Central, testigo 17632, y licenciada en Químicas, que analizó los restos de los explosivos recogidos en doce focos del 11-M, aseguraba, en la cuadragesimosegunda jornada del juicio, que después de una explosión "nunca se puede determinar la marca o el nombre comercial" de una dinamita, puesto que la propia deflagración hace que desaparezcan componentes que determinan el tipo concreto.
Explicó, que la conclusión final de su informe es que el explosivo que estalló en los trenes fue “dinamita”, ya que no pudo determinar de qué tipo era, porque “la propia explosión conlleva que desaparezcan determinados aditivos del explosivo” y, "faltando esos componentes, nunca se puede decir el nombre comercial del explosivo".
El fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, le preguntó si dicha contaminación se pudo producir en el lugar donde se almacenaron las muestras en dependencias policiales. La perito no lo descartó, aunque sostuvo que las muestras fueron debidamente almacenadas en bolsas y en condiciones apropiadas para evitar su deterioro o contaminación.
La TEDAX aseguró que estas muestras han estado almacenadas sin luz, lejos del paso de la gente, a temperatura y humedad constantes, en un lugar cerrado y ventilado, pero sin acceso, introducidas las muestras en un armario. Ello es así, porque “lo más importantes es que la temperatura y la humedad permanezcan a temperatura constante”.
Solución de acetona
También relató que sometió a lavados con agua y acetona fragmentos de todas las muestras, pero en el caso de las grandes dejó restos sin lavar, y que los TEDAX no le entregaron muestras recogidas en los trenes, que ya estuvieran en solución de acetona, por lo que no le llegaron disolventes ni líquidos.
Zaragoza también preguntó si en parte de los análisis se emplea acetona para disolver los posibles restos que haya dejado la explosión en las piezas extraídas de los focos, a lo que ella asintió, y añadió que por ello se utiliza la mínima cantidad de muestra ante la posibilidad de que se deteriore y haya que realizar un nuevo análisis.
El tribunal le requirió las notas que elaboró desde el mismo día de los atentados hasta que redactó su informe el 26 de marzo de 2004, y que en un receso fueron aportadas por la química.
Finalmente, ratificó en que todo el explosivo requisado a los terroristas en los distintos escenarios de los atentados -Renault Kangoo, mochila bomba de Vallecas, artefacto fallido del AVE y piso franco de Leganés- es Goma 2 ECO similar a la sustraída por el comando islamista, con la ayuda de Emilio Suárez Trashorras, en Mina Conchita.
Discrepancias con los peritos
La TEDAX, por su parte, discrepó con varios de los firmantes del nuevo informe en cuanto a la posible contaminación de muestras. En su opinión es posible la contaminación dada la volatilidad de la dinamita. Esta afirmación fue rechaza por uno de los peritos de parte del documento más reciente que explicó que en el caso de las dinamitas para que un compuesto atípico pase a una goma "hace falta que la concentración de estos componentes sea muchísimo mayor que la que se encuentra en la composición" del cartucho como tal.
Este perito precisó que en los últimos análisis se realizaron pruebas introduciendo dos cartuchos de dinamitas distintas en una estufa sin que se produjera contaminación. El jefe de la pericia, en torno los nuevos informes sobre los restos disponibles de explosivo utilizado en los atentados, concretó que estas estufas cuenta con una apertura que puedo contribuir al resultado de la prueba.
Los ocho peritos encargados de realizar los nuevos informes (dos policías nacionales, dos guardia civiles y cuatro propuestos por las partes), testigos 47, 9278365-G, F-37053-V, 1457157-S, 26722108-H, 22411749-C, 12151358-K, Z-43731-T, intervinieron durante la jornada del lunes y continuaron en la del martes, 29 de mayo.
Los peritos coincidieron en que la presencia de sustancias ajenas habitualmente a la composición de una dinamita halladas en los recientes análisis no se debió a una contaminación por acción humana, ya que "nadie es capaz de contaminar de manera igual todas las muestras", apuntó un perito de la Policía.
También concretaron, a petición del presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, las composiciones de tres tipos de dinamita, la Goma 2 ECO, la Goma 2 EC y el Titadyne.
Así, establecieron que la Goma 2 ECO contiene nitrato amónico, harina o serrín, carbonato cálcico, nitroglicol, nitrocelulosa y talato de dibutilo (dibutilfato). La Goma 2 EC está compuesta por nitrato amónico, dinitrotolueno (DNT), nitrocelulosa, nitroglicol, nitroglicerina, combustibles y estabilizantes. Por último el Titadyne, indicó el portavoz del grupo de expertos, está conformado por nitrato amónico, nitroglicol, nitroglicerina, nitrocelulosa y dinitrotolueno.
Explicaron que los detonador únicamente contiene iniciadores de la explosión sin relación alguna con los componentes de la dinamita.
Contaminación posterior
Se pudo saber que el componente específico del Titadyne, la nitroglicerina, solo se localizó en uno de los 23 focos de las explosiones estudiados, en un contraanálisis realizado en febrero pasado. Y esta presencia, no registrada en los otros 22 focos, tuvo que deberse a una contaminación de la muestra recogida tras los atentados en la estación de El Pozo -polvo de extintor-, ya que la Policía Científica y los TEDAX analizaron la misma muestra en el 2004 y no tenía un solo componente de ese componente explosivo.
Se produjeron discrepancias entre los peritos presentes en la sala en cuanto al lavado de las muestras y el análisis de algunas de ellas que se remitieron sin especificar si se habían lavado o no.
No obstante, al final, la mayoría de los peritos ha aceptado que el baño con acetona es un método indispensable para detectar los componentes orgánicos y algunos inorgánicos que pueden dejar las bombas cuando estallan.
Cuatro peritos policiales (dos de la Guardia Civil y dos de la Policía), que realizaron el análisis final de los explosivos utilizados en la masacre mantuvieron sus posiciones de que las muestras resultaron contaminadas en el lugar de almacenaje y que por eso no se detectaron en el primer análisis. Sin embargo, discreparon a lo largo de toda la jornada con los otros cuatro peritos (dos propuestos por la defensa y otros dos por la acusación) en cuanto al tipo exacto de explosivo.
Las divergencias entre ellos fueron tantas que ni siquiera al presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, le quedó claro si entre los componentes de la Goma 2 Ec se ha utilizado en alguna ocasión nitroglicerina, por lo que requirió una aclaración al perito de la Policía Científica que le aportó un documento en el que se señala que en 1999 "nitroglicerina/nitroglicol" forman parte de este tipo de dinamita, sin especificar cuál de las dos.
.Los peritos mostraron dudas en torno a la composición de la Goma 2 EC y en concreto sobre si entre sus componentes figura la nitroglicerina.
Esto fue así, según explicó uno de los expertos porque en la especificación de la composición de la Goma 2 EC no queda determinado si se utiliza para fabricarla nitroglicol o nitroglicerina y en esta dinamita pueden estar presentes los dos componentes en proporciones variables, o sólo uno o el otro.
Apariciones posteriores
Una vez admitida la posibilidad de que la Goma 2 EC -y no sólo el Titadyne- contenga nitroglicerina, otra de las abogadas preguntó a los peritos sobre la posibilidad de que en los trenes los terroristas utilizaran una mezcla de Goma 2 ECO y Goma 2 EC.
Los peritos policiales apuestan por la hipótesis de que las muestras sufrieron contaminación ambiental en el laboratorio en el que quedaron almacenadas tras los primeros análisis practicados nada más ocurrir los atentados, mientras que los de parte no llegaron a concretar, por un lado, si esa contaminación se produjo y, si se produjo, la manera en que ocurrió.
Los dos peritos de la Guardia Civil mantuvieron su teoría de la contaminación en que en los análisis que se elaboraron en fechas cercanas a los atentados, "en al menos diez muestras que se analizaron en 2004 no se detectó presencia de dinitrotolueno ni nitroglicerina", y ahora, en algunas de esas muestras, aparecen estos componentes.
Esto demostraría que la contaminación fue durante el almacenaje de las muestras en sede policial y no porque los terroristas mezclaran los explosivos.
Como ejemplo de contaminación sacaron a relucir una comparativa de tres muestras de explosivo extraídas del artefacto hallado en la vía del AVE en Mocejón (Toledo), el 2 de abril de 2004.
Ninguna de esas muestras tenía DNT y NG en su origen, punto en el que coincidieron los ocho peritos, y dos de ellas fueron custodiadas en sendos tubos Falcon por la Guardia Civil y una tercera por la Policía Científica en una bolsa de plástico.
Distinto embalaje
Al ser analizadas esas muestras para este nuevo informe final detectaron que la muestra guardada en la bolsa de plástico presentaba trazas de DNT y NG, mientras que las muestras guardadas en los tubos Falcon seguían sin presentar ninguno de esos componentes.
Destacaron, además, que la cantidad de nitroglicerina detectada "no tiene lógica industrial" considerando que la contaminación no fue de fábrica, y tampoco cree que se produjera en Mina Conchita, de donde supuestamente se sustrajeron los explosivos del 11-M, porque "la humedad impide mucho la contaminación".
Esta afirmación quedó reforzada por la declaración que antes de la exposición del informe prestaron otros dos peritos de la Guardia Civil que en junio de 2004 analizaron cuatro cartuchos de Goma 2 Ec y de Goma 2 Eco que encontraron desperdigados en Mina Conchita y que aseguraron que no apreciaron en ninguno muestras de contaminación.
Los peritos, que concluyeron su exposición, discutieron también acerca de la muestra M-1, recogida en uno de los focos de las explosiones en la estación de El Pozo.
Esta muestra son polvos de extintor recogidos en ese foco, por lo que algunos de los peritos observan que, debido a la gran absorción que caracteriza a esta sustancia, pudo haberse contaminado en el mismo foco de la explosión o posteriormente, en el lugar de almacenamiento de las muestras.
Los peritos discrepantes no ofrecieron tesis alternativas, aunque el perito 12151358-K insistió en su tesis “anti-contaminación” y enfatizó que hay que tener en cuenta que la M1 era polvo de explosivo.
Polvo de extintor
La única coincidencia en torno a los explosivos fue la de que no es posible determinar la marca comercial del explosivo utilizado en las bombas de los trenes. Aún así, tres de ellos expusieron discrepancias en cuanto a una única muestra de las 88 examinadas, correspondiente al foco de explosión número 3 del tren de El Pozo. La composición de la muestra, un polvo de extintor utilizado para apagar un foco incendiado, es para estos tres expertos, propuestos para la pericia por partes personadas en la causa, similar a la del Titadyne, pero varía porque el polvo del extintor "absorbe cualquier aditivo y cualquier sustancia que exista", describió.
Sin embargo, uno de los peritos de parte recordó que, según declaró la químico de TEDAX que analizó esta muestra, y después la envió a Policía Científica, las muestras estuvieron almacenadas en el laboratorio dentro de un armario en varios envoltorios, lo que haría, para este perito, difícil que se contaminaran allí.
El perito de la Policía Científica rebatió este argumento señalando que "el embalaje" empleado por la perita para conservar las muestras "no es correcto" ya que las bolsas "no eran herméticas".
Existió conformidad entre todos los peritos en que las sustancias que encontraron y no explotaron corresponden a goma-2 ECO, pero no se pusieron de acuerdo en cuanto a una muestra localizada en el tren de El Pozo, un polvo de extintor marcado como M-1 tanto en su composición como en los motivos de la presencia de distintas sustancias (dinitrotolueno y nitroglicerina).
Clavos y tornillos
Dos miembros de los TEDAX que se centraron en el análisis de los componentes del artefacto de la "mochila de Vallecas" reconocieron el lunes que, por un error de trascripción, citaron en su informe la metenamina como uno de sus componentes, aunque después enviaron una nota aclaratoria en la que explicaban que no había ese componente, del que dejaron constancia en su momento de que había aparecido en los restos de explosivos de la furgoneta Renault Kangoo.
Por su parte, los peritos de los TEDAX que recogieron y analizaron los elementos de metralla de los focos de las explosiones del 11-M, testigos, 58655, 66646 y 27390, manifestaron que había "similitudes significativas entre esos clavos y tornillos y los recuperados en el artefacto de la mochila de Vallecas" que desactivaron sus compañeros.
Explicaron que recuperaron metralla de todos los focos de los atentados: la estación de Atocha, la de El Pozo, la de Santa Eugenia y la calle de Téllez, y señalaron que algunos de los clavos estaban incrustados en las paredes de los vagones de los trenes.
Recordaron que también hicieron una comparativa con la caja de tornillos que se halló entre los escombros del piso de Leganés (Madrid), en el que se suicidaron siete autores de la masacre, y dijeron, sin embargo, que no había ninguna similitud apreciable con los recogidos en los focos, de los que dijeron eran de “fácil adquisición, de libre comercialización y de diferentes tipos y tamaños”.
Además añadieron que no pudieron hacer el cotejo con lo hallado en la finca de Chinchón, donde supuestamente se montaron las bombas, porque sólo vieron el reportaje fotográfico que se hizo de los efectos recuperados en aquella vivienda.
Era nitroglicol
Los peritos de la Guardia Civil encargados de realizar los análisis sobre cuatro bolsas con dinamita localizadas el 18 de junio de 2004 en una inspección en Mina Conchita, testigos F37053-V y B-45001-Z.
Los peritos se explicaron que el hecho de apreciar nitroglicerina en una de las muestras se debió a que, en un principio, se utilizó la técnica de espectrometría de infrarrojos, que no es la más adecuada. Luego se aplico la técnica de mayor rigor y específica para este tipo de análisis: la técnica “HPLC”, que arrojó el resultado, con toda certeza, de nitroglicol.
Los guardias civiles explicaron que el tiempo de caducidad de un explosivo depende de su forma de conservación, puesto que uno conservado en una nevera puede durar años, pero desconocían el estado de conservación en Mina Conchita. De las tres muestras que analizaron, tres estaban gelatinosas y en buenas condiciones y sólo una estaba seca.
También explicaron que las Goma 2 ECO es diferenciable a simple vista de la EC por su coloración: una es blanca (ECO) y otra rojiza. No obstante, el perito matiza que la coloración no es un dato suficiente para hablar de un tipo de explosivo. También explica que la única dinamita de color blanco que conoce es la Goma 2 ECO.
La Goma EC se dejó fabricar en 2002. No obstante, hubo un periodo, de 1999 a 2002, en que se coincidió en la fabricación de ambas dinamitas, ECO y EC, en un mezclador
Diez kilos de dinamita
Finalmente, el miércoles, cuatro peritos TEDAX, dos policías y dos guardias civiles, testigos Y-40036-P, M-96780-Y, 19568 y 66646, que elaboraron un informe comparativo sobre los explosivos de los focos del 11-M y de Leganés basado en los análisis policiales previos, afirmaron que "era dinamita y ningún indicio lleva a pensar que hubiera otro explosivo, ni por los efectos ni por su composición".
Indicaron que la cantidad de explosivo usada en todos los focos de las explosiones fue más o menos similar, aunque con seguridad debió de ser algo mayor en el de Téllez (vagón 4) y ligeramente menor en un foco de Santa Eugenia.
En cada foco debieron explosionar cerca de 10 kilogramos de explosivo, teniendo en cuenta para su medición, tanto el tamaño del cráter, la acumulación de personas, la ubicación del explosivo, la resistencia de los trenes, si están las puertas en su sitio o no y si la cabeza era tractora o de remolque, explicaron.
Para llegar a la conclusión de que se emplearon esos 10 kilos de dinamita, explicaron que es determinante la constatación de que el primer artefacto que se neutraliza, sacado del vagón número 1 del tren de Atocha, contenía 10 kilos, igual que el artefacto de Vallecas. Entonces, se estudiaron los efectos de la explosión en Atocha, extrapolándose esos resultados a los demás focos, ya que en todos ellos el cráter era similar y la metralla incrustada también.
El efecto direccional de la explosión deriva de la estructura de los trenes, relataron también. “En el vagón número 6 de Téllez, por ejemplo, no hay otra explicación: el punto más débil es el final de los elementos del techo con el final del vagón, habida cuenta de que al principio se encuentra el remolque”, afirmaron.
Los peritos explicaron, que después de una explosión se trabaja siempre con componentes genéricos, que en este caso fue “dinamita, sin nombres y apellidos, ya que si no hay sustancia entera es prácticamente imposible determinarlo”.
Sólo en el caso de la materia entera, la que no ha estallado, se puede saber que era Goma 2 Eco y, según los expertos, “el color y la textura gelatinosa del explosivo de los trenes también era similar al hallado en el artefacto de la mochila de Vallecas que no explotó, y la cantidad, de unos diez kilos, también coincidía.
En el caso de la explosión del piso de Leganés, en el que se suicidaron siete autores de la masacre, también hay coincidencia en el tipo de explosivo aunque la cantidad era mayor, de unos 30 kilos.
Discrepancias psiquiátricas
El martes, los médicos forenses y los psiquiatras que reconocieron clínicamente al acusado José Emilio Suárez Trashorras y le diagnosticaron una serie de trastornos psíquicos, los doctores Juan Miguel Monge Pérez, Sira Peña López, José Luis Morán Junquera y Julio Bobes García, consideran que a pesar de ello podía conocer las consecuencias de vender explosivos, dada la actividad que desarrolló en la mina en Asturias.
A pesar de las discrepancias iniciales acerca del alcance de las enfermedades en las capacidades de Trahorras entre el psiquiatra de la Seguridad Social que le trató desde septiembre de 1997 y diciembre de 2003, José Luis Morán; el de parte, el catedrático de la Universidad de Oviedo, Julio Bobes; y el médico forense de la Audiencia Nacional, Juan Miguel Monge, los tres llegaron a admitir que no tenía anulada su capacidad volitiva y cognitiva.
El doctor Bobes le exploró el 20 de junio de 2004 y recogió sus conclusiones en informe de 4 de julio de 2005. Afirmaba que Trashorras "es capaz de comprender la diferencia entre el bien y el mal" y que "lo que tiene anulada es la capacidad de controlarse", pero que "la capacidad cognitiva la tiene preservada" y cree que no estaba "influido por otros".
El Dr. Bobes manifestó que la Organización Mundial de la Salud aconseja usar una escala para graduar la enfermedad psiquiatrita y que él así lo hizo. Sus informes coinciden con otros muchos. Se trata de un enfermo mental grave (incluso se le considero inapto para realizar el Servicio Militar y el Ministerio de Trabajo le otorgó la incapacidad laboral absoluta en mayo de 2003.
El doctor Morán manifestó que, en los años que ha tratado a Trashorras, ha observado en él trastorno de personalidad de tipo paranoide, trastorno esquizo-afectivo bipolar y trastorno de personalidad derivado del consumo de alcohol y sustancias psicotrópicas. Por ello, el ex minero "tenía la capacidad volitiva anulada en diciembre de 2003", y aunque "pudo verse envuelto en esta situación" por la que se le está juzgando, "no pudo ser capaz de planear algo como esto".
Este psiquiatra trató a Trashorras desde septiembre de 1997 hasta diciembre de 2003: un total de 6 años y medio y participó en el Tribunal que le dio la baja laboral. Padecía trastorno afectivo bipolar.
No obstante, el más categórico a la hora de negar que esas capacidades las tuviera afectadas cuando supuestamente vendió los explosivos a la célula islamista que perpetró el 11-M fue el doctor Monge, quien aseguró que "no padece enfermedad que limite su capacidad" y por tanto "no carece de actitudes para entender y comprender".
Añadió además que cuando le visitó en la cárcel el 25 de julio de 2005 para reconocerle no le observó ningún síntoma psicótico ni ningún trastorno mental grave.
Trastornos permanentes
A su juicio Trashorras "no cumple ningún criterio científico de esquizofrenia", y aunque admitió que "un psicótico con consumo de cocaína" puede tener afectada la capacidad volitiva, "la capacidad de conocer en absoluto, a pesar de que pudiera verse disminuida".
Y finalmente, el doctor Vicente explicó que le controlaba la medicación antipicótica (oral y parenteral) a Trashorras e indicó que "no hay duda de que se trata de un enfermo mental", y respecto a que el médico forense de la Audiencia Nacional no lo percibiera, indicó que en las prisiones los trastornos del tipo que sufre Trashorras -bipolar y psicótico- "suelen mejorar porque los límites están muy cerrados".
"Los trastornos de personalidad son permanentes y persistentes", destacó este psiquiatra al añadir que los episodios psicóticos que sufría Trashorras, derivados fundamentalmente del consumo de drogas, "afectan a la capacidad volitiva y a la cognitiva", aunque "no se puede precisar si en los días relacionados con los hechos este hombre estaba en un episodio psicótico".
A preguntas de la defensa del acusado Iván Granados, Monge manifestó que los trastornos de Trashorras hacen que sea una persona que pueda manipular a la gente porque "son sujetos que engañan y mienten buscando un beneficio personal", aunque señaló que no ha apreciado en él rasgos obsesivos.
Errores de traducción
El miércoles, 30 de mayo, dos intérpretes que tradujeron por segunda vez las conversaciones en las que el acusado Rabei Osman El Sayed, "Mohamed El Egipcio", se atribuía la autoría intelectual del 11-M, aseguraron en la cuadragésimo cuarta sesión del juicio por los atentados, que la traducción italiana tiene "graves errores", pero sí reconoció que "estaba al tanto" de lo que iba a ocurrir.
Los intérpretes, que son los que habitualmente realizan la labor de traducción en el juicio. Uno de ellos es interprete y traductor y trabaja en la Oficina de Lenguas del Ministerio de Justicia. El otro perito es egipcio, también es traductor e intérprete y ejerce desde hace más de 13 años.
Ambos peritos tradujeron, entre otras, las conversaciones ambientales que "El Egipcio" mantuvo con su discípulo Yahia Mouad Mohamed Rajah cuando convivieron juntos en Milán (Italia), donde fue detenido el 7 de junio de 2004, y, según dijeron, "el 90 por ciento de la trascripción tiene poco que ver con las traducciones italianas".
”Las traducciones italianas adolecen de falta de rigor, de interpretaciones inadecuadas y palabras e incluso frases enteras trascritas que no se escuchan en las grabaciones”, señalaban.
Uno de los peritos manifestaba que en la traducción de una de las conversaciones de ambiente, de mayo de 2004, se escucha una referencia a la leyenda árabe de un califa histórico de Bagdad del siglo IX, que tomó como pretexto el salvar a una mujer para conquistar territorios extranjeros, “Este pasaje se utiliza de forma muy recurrente en el mundo árabe y sin embargo el traductor no supo darle este sentido amueblándola con un contexto que no coincida”, sentenció.
Desconocimiento cultural
Por ello, los peritos consideran que hay algunas frases que se han malinterpretado por desconocimiento de la lengua y la cultura árabes y que los traductores italianos "amueblaron todo un contexto que no concuerda con la trascripción original".
Otra de esas frases trascritas en Italia, correspondiente a una conversación con Yahia, de mayo de 2004, "El Egipcio" supuestamente se atribuye la autoría del 11-M al afirmar que "el hilo de la operación fue mío", y lo que los traductores de la Audiencia Nacional han traducido es lo siguiente:
- Rabei Osman: “Todos mis amigos se fueron, se han ido todos, me quedé solo, todos mis amigos se han ido, los hay quienes murieron en el camino de Dios en Afganistán, no te voy a ocultar la operación de Madrid que acaban de hacer. El tren ése de Madrid que explotó, son mi gente quién la hizo,... nuestra gente”.
- Yahia: “¿En España?”
- Rabei Osman: “Sí, todos son amigos míos, de ellos, cinco cayeron mártires, que en paz descansen, y ocho están en la cárcel, pero Dios no quiso mi martirio y me salvó de la cárcel. Yo no estaba con ellos en aquellos días pero fue mi gente..., y yo estaba al tanto previamente, pero exactamente,... pero exactamente, lo que iba a pasar no me dijeron.”
Sobre la trascripción italiana en las que se atribuye a Osman El Sayed la afirmación: "Hay que entrar en las filas de Al Qaeda, hay que ir con los qaidim,(....), no podemos quedarnos dormidos", los intérpretes explicaron que el término "qaidim" es un plural de un sustantivo que procede de una cita coránica en la que se utiliza para referirse a "alguien que se sienta, se queda o no participa", pero no tiene relación con la actual organización Al Qaeda.
Por esa razón, los traductores, que han analizado con detalle 60 horas de grabación y han manifestado no sentirse condicionados por la defensa de "El Egipcio", consideran que ha sido "una mala interpretación artificial que denota el desconocimiento de la cultura árabe o de citas teológicas".
A continuación señalaron que “Yihad” significa lucha o esfuerzo, aunque este término se puede expresar en muchos contextos, como, por ejemplo, el de “guerra santa”, pero ellos no tienen datos para traducir yihad en un sentido o en otro, por lo que en su informe han mantenido la palabra yihad latinizada, con el fin de evitar equivocaciones.
En este momento, el presidente del Tribunal señaló que “la interpretación de si yihad se refiere a esfuerzo interior o a la guerra en ese contexto la hará el Tribunal”.
Zouhier expulsado
El lunes, Rafá Zouhier fue expulsado del juicio del 11-M por cuarta vez y apercibido por el presidente del tribunal, tras darle un codazo a uno de sus compañeros en la sala blindada, el acusado Hamid Ahmidan, primo de "El Chino".
En un primer momento el presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, creyó que el agresor había sido Zougam, por lo que ordenó que fuera expulsado y que se diera “cuenta de la agresión al juzgado correspondiente”.
Sin embargo, tras una pausa de diez minutos, rectificó y anunció que "se trata como siempre de Zouhier".
Los acusados José Emilio Suárez Trashorras y Hamid Ahmidan siguieron las sesiones del martes y del miércoles desde el exterior del habitáculo blindado donde habitualmente lo hacen los procesados que están presos.
Trashorras siguió la sesión, después de que lo ordenara el tribunal al considerar que este procesado estaba algo "inquieto", mientras que Ahmidan, primo del suicida Jamal Ahmidan, "El Chino", le dio un codazo Rafá Zouhier en el interior de la "pecera", pedía permanecer fuera del habitáculo debido al citado incidente.
La fase pericial del juicio, que comenzó a practicarse el pasado 9 de mayo y en la que se habrán realizado alrededor de sesenta pericias, dando paso a la prueba documental, en la que se verán y se dará cuenta de todos aquellos documentos solicitados por las partes, como por ejemplo un vídeo yihadista que supuestamente visionaban algunos de los acusados.
Esta fase se inició el miércoles con la prueba documental en la que se dio cuenta de los documentos y el material audiovisual que se ha ido incorporando al sumario durante la investigación.
El juicio se reanudará el próximo lunes día 4 de junio a las 10.00 horas.
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