jueves, 28 de junio de 2007

Tantos indicios contra él como contra su abogada




JUICIO POR UNA MASACRE / Las conclusiones / MOHAMED BOUHARRAT
 
Tantos indicios contra él como contra su abogada
 
M. M.

MADRID.- Una vez atacados los indicios contra su defendido, la abogada de Mohamed Bouharrat, Isabel García Moreno, estrenó estrategia procesal y comenzó a relatar al tribunal los que pesaban contra ella misma: comienzan en la plaza de Lavapiés -barrio en el que vive-, justo donde arranca la calle Tribulete. Allí ha estado comiendo en el restaurante Alhambra, frecuentado por detenidos y huidos del 11-M; su marido, musulmán, se corta el pelo sólo unos metros más allá, en la peluquería Paparazzi, donde la fiscal dice que los terroristas hacían abluciones con agua de La Meca. Conoce, dice, a un empleado de locutorio, en referencia a Jamal Zougam. Los indicios contra ella siguen acumulándose fuera de la calle. También ha comprado carne, como Jamal Ahmidan, en la carnicería en la que trabajaba el acusado Rachid Aglif y le ha reparado la lavadora otro ocupante de la cabina blindada, Mouhannad Almallah Dabas...
El objetivo de la abogada estaba claro. Mohamed Bouharrat sólo está en prisión por coincidencias que, según algunas acusaciones, también habían podido dar con ella o su marido en la cárcel.

La abogada también se detuvo en el elemento más aparatoso contra Bouharrat: las notas manuscritas «con posibles objetivos» terroristas halladas en Leganés y que los policías le atribuyen. Exploró dos vías. La primera, que se había incorporado al sumario de manera irregular. Segundo, que la pericial grafológica no dejó claro, ni mucho menos, que fuera la letra de Bouharrat.


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