lunes, 28 de mayo de 2007

Datadiar - Lunes 28 de Mayo de 2007





Lunes 28 de Mayo de 2007

La explosión imposibilita determinar los componentes de la dinamita

La miembro de los TEDAX, que dirige desde hace veintitrés años el laboratorio de su Unidad Central, testigo 17632, y licenciada en Químicas, que analizó los restos de los explosivos recogidos en doce focos del 11-M, ha asegurado hoy, en la cuadragésimo segunda jornada del juicio, que después de una explosión "nunca se puede determinar la marca o el nombre comercial" de una dinamita, puesto que la propia deflagración hace que desaparezcan componentes que determinan el tipo concreto.

Explicó también que el informe lo firmó ella sola porque en ese momento no había otro químico en la Unidad en aquellos momentos y que estos resultados la llevaron a que la conclusión final del explosivo que estalló en los trenes fuese “dinamita”, ya que aseguró que no determinó de qué tipo, porque “la propia explosión conlleva que desaparezcan determinados aditivos del explosivo” y, "faltando esos componentes, nunca se puede decir el nombre comercial del explosivo".

La experta, que contestó a las preguntas realizadas por el fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, en presencia de los 8 peritos encargados de los nuevos análisis de estos restos, concretó que a lo largo de su carrera profesional ha realizado miles de análisis y sus resultados nunca han sido cuestionados. El presidente del tribuna, javier Gómez Bermúdez, comentó sobre esta afirmación, que “el hecho de que no haya existido cuestionamiento no significa que las pruebas sean correctas”.

El fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, le preguntó si dicha contaminación se pudo producir en el lugar donde se almacenaron las muestras en dependencias policiales. La perito no lo descartó, aunque sostuvo que las muestras fueron debidamente almacenadas en bolsas y en condiciones apropiadas para evitar su deterioro o contaminación.

La TEDAX aseguró que estas muestras han estado almacenadas sin luz, lejos del paso de la gente, a temperatura y humedad constantes, en un lugar cerrado y ventilado, pero sin acceso, introducidas las muestras en un armario. Ello es así, porque “lo más importantes es que la temperatura y la humedad permanezcan a temperatura constante”.

Para guardarlas, una bolsa cierra una caja de cartón, dentro hay unas bolsas de plástico que contienen unos sobres donde existen varias bolsas que se apoyan unas sobre otras, encintadas con cinta adhesiva, añadió.

En el acta que se envía con las muestras a la Audiencia Nacional van detalladas a qué corresponde cada muestra. Ahí aparece el detalle de todo el muestreo que se pone en conjunto. Aparecen detalladas las muestras en sus focos, algunas vienen con foco indeterminado pero no con estación indeterminada.

La perito indica que ella solo buscaba en las muestras componentes presentes en explosivos, por lo que si aparecían otros ajenos no los analizó, por eso envío la muestra a sus compañeros de científica.

Lavados de acetona

La perito realizó el informe de las muestras de los focos el 26 de marzo de 2004, va conjunto con informes de otros compañeros TEDAX. También explicó que su parte del informe no está fechada porque formaba parte de un todo de un informe conjunto con otros compañeros TEDAX que está fechado el 27 de mayo de 2004.

También relató que sometió a lavados con agua y acetona fragmentos de todas las muestras, pero en el caso de las grandes dejó restos sin lavar, y que los TEDAX no le entregaron muestras recogidas en los trenes, que ya estuvieran en solución de acetona, por lo que no le llegaron disolventes ni líquidos.

El tribunal le requirió las notas que elaboró desde el mismo día de los atentados hasta que redactó su informe el 26 de marzo de 2004, y que en un receso fueron aportadas por la química.

Ratificó en que todo el explosivo requisado a los terroristas en los distintos escenarios de los atentados -Renault Kangoo, mochila bomba de Vallecas, artefacto fallido del AVE y piso franco de Leganés- es Goma 2 ECO similar a la sustraída por el comando islamista, con la ayuda de Emilio Suárez Trashorras, en Mina Conchita.

Zaragoza también preguntó si en parte de los análisis se emplea acetona para disolver los posibles restos que haya dejado la explosión en las piezas extraídas de los focos, a lo que ella asintió, y añadió que por ello se utiliza la mínima cantidad de muestra ante la posibilidad de que se deteriore y haya que realizar un nuevo análisis.

Reconocen su error

Los otros dos miembros de TEDAX se centraron en los componentes del artefacto de la "mochila de Vallecas" y comenzaron señalando que, por un error de trascripción, citaron en su informe la metenamina como uno de sus componentes, aunque después enviaron una nota aclaratoria en la que explicaban que no había ese componente, del que dejaron constancia en su momento de que había aparecido en los restos de explosivos de la furgoneta Renault Kangoo.

Reconocieron que, por un error de trascripción, citaron en su informe la metenamina como uno de sus componentes, aunque después enviaron una nota aclaratoria en la que explicaban que no había ese componente, del que dejaron constancia en su momento de que había aparecido en los restos de explosivos de la furgoneta Renault Kangoo.

La TEDAX, por su parte, discrepó con varios de los firmantes del nuevo informe en cuanto a la posible contaminación de muestras. En su opinión es posible la contaminación dada la volatilidad de la dinamita. Esta afirmación fue rechaza por uno de los peritos de parte del documento más reciente que explicó que en el caso de las dinamitas para que un compuesto atípico pase a una goma "hace falta que la concentración de estos componentes sea muchísimo mayor que la que se encuentra en la composición" del cartucho como tal.

Este perito precisó que en los últimos análisis se realizaron pruebas introduciendo dos cartuchos de dinamitas distintas en una estufa sin que se produjera contaminación. El jefe de la pericia concretó que estas estufas cuenta con una apertura que puedo contribuir al resultado de la prueba.

Uno sólo de los focos

Los ocho peritos encargados de realizar los nuevos informes sobre los restos disponibles de explosivo utilizado en los atentados (dos de policía nacional, dos de guardia civil y cuatro propuestos por las partes), testigos 47, 9278365-G, F-37053-V, 1457157-S, 26722108-H, 22411749-C, 12151358-K, Z-43721-J, señalaron que el nitrato amónico que se vende en las fábricas no es puro y contiene metenamina.

También concretaron, a petición del presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, las composiciones de tres tipos de dinamita, la Goma 2 ECO, la Goma 2 EC y el Titadyne.

Así, establecieron que la Goma 2 ECO contiene nitrato amónico, harina o serrín, carbonato cálcico, nitroglicol, nitrocelulosa y talato de dibutilo (dibutilfato). La Goma 2 EC está compuesta por nitrato amónico, dinitrotolueno (DNT), nitrocelulosa, nitroglicol, nitroglicerina, combustibles y estabilizantes. Por último el Titadyne, indicó el portavoz del grupo de expertos, está conformado por nitrato amónico, nitroglicol, nitroglicerina, nitrocelulosa y dinitrotolueno.

Explicaron que los detonador únicamente contiene iniciadores de la explosión sin relación alguna con los componentes de la dinamita.

Se pudo saber ayer que el componente específico del Titadyne, la nitroglicerina, solo se localizó en uno de los 23 focos de las explosiones estudiados, en un contraanálisis realizado en febrero pasado. Y esta presencia, no registrada en los otros 22 focos, tuvo que deberse a una contaminación de la muestra recogida tras los atentados en la estación de El Pozo -polvo de extintor-, ya que la Policía Científica y los TEDAX analizaron la misma muestra en el 2004 y no tenía un solo componente de ese componente explosivo.

También se produjeron discrepancias entre los peritos presentes en la sala en cuanto al lavado de las muestras y el análisis de algunas de ellas que se remitieron sin especificar si se habían lavado o no.

No obstante, al final, la mayoría de los peritos ha aceptado que el baño con acetona es un método indispensable para detectar los componentes orgánicos y algunos inorgánicos que pueden dejar las bombas cuando estallan.

Era Goma2-Eco

Existe conformidad entre todos los peritos en que las sustancias que encontraron y no explotaron corresponden a goma-2 ECO, pero no se pusieron de acuerdo en cuanto a una muestra localizada en el tren de El Pozo, un polvo de extintor marcado como M-1 tanto en su composición como en los motivos de la presencia de distintas sustancias (dinitrotolueno y nitroglicerina).

Los peritos de los TEDAX que recogieron y analizaron los elementos de metralla de los focos de las explosiones del 11-M, testigos, 58655, 66646 y 27390, manifestaron hoy que había "similitudes significativas entre esos clavos y tornillos y los recuperados en el artefacto de la mochila de Vallecas" que desactivaron sus compañeros.
Explicaron que recuperaron metralla de todos los focos de los atentados: la estación de Atocha, la de El Pozo, la de Santa Eugenia y la calle de Téllez, y señalaron que algunos de los clavos estaban incrustados en las paredes de los vagones de los trenes.
Recordaron que también hicieron una comparativa con la caja de tornillos que se halló entre los escombros del piso de Leganés (Madrid), en el que se suicidaron siete autores de la masacre, y dijeron, sin embargo, que no había ninguna similitud apreciable con los recogidos en los focos, de los que dijeron eran de “fácil adquisición, de libre comercialización y de diferentes tipos y tamaños”.
Además añadieron que no pudieron hacer el cotejo con lo hallado en la finca de Chinchón, donde supuestamente se montaron las bombas, porque sólo vieron el reportaje fotográfico que se hizo de los efectos recuperados en aquella vivienda.

Discrepancias psiquiátricas

Los médicos forenses y los psiquiatras que reconocieron clínicamente al acusado José Emilio Suárez Trashorras y le diagnosticaron una serie de trastornos psíquicos, los doctores Juan Miguel Monge Pérez, Sira Peña López, José Luis Morán Junquera y Julio Bobes García, consideran que a pesar de ello podía conocer las consecuencias de vender explosivos, dada la actividad que desarrolló en la mina en Asturias.

A pesar de las discrepancias iniciales acerca del alcance de las enfermedades en las capacidades de Trahorras entre el psiquiatra de la Seguridad Social que le trató desde septiembre de 1997 y diciembre de 2003, José Luis Morán; el de parte, el catedrático de la Universidad de Oviedo, Julio Bobes; y el médico forense de la Audiencia Nacional, Juan Miguel Monge, los tres llegaron a admitir que no tenía anulada su capacidad volitiva y cognitiva.

El doctor Bobes le exploró el 20 de junio de 2004 y recogió sus conclusiones en informe de 4 de julio de 2005. Hoy ha afirmado que Trashorras "es capaz de comprender la diferencia entre el bien y el mal" y que "lo que tiene anulada es la capacidad de controlarse", pero que "la capacidad cognitiva la tiene preservada" y cree que no estaba "influido por otros".

El Dr. Bobes manifestó que la Organización Mundial de la Salud aconseja usar una escala para graduar la enfermedad psiquiatrita y que él así lo hizo. Sus informes coinciden con otros muchos. Se trata de un enfermo mental grave (incluso se le considero inapto para realizar el Servicio Militar y el Ministerio de Trabajo le otorgó la incapacidad laboral absoluta en mayo de 2003.
El doctor Morán manifestó que, en los años que ha tratado a Trashorras, ha observado en él trastorno de personalidad de tipo paranoide, trastorno esquizo-afectivo bipolar y trastorno de personalidad derivado del consumo de alcohol y sustancias psicotrópicas. Por ello, el ex minero "tenía la capacidad volitiva anulada en diciembre de 2003", y aunque "pudo verse envuelto en esta situación" por la que se le está juzgando, "no pudo ser capaz de planear algo como esto".

Este psiquiatra trató a Trashorras desde septiembre de 1997 hasta diciembre de 2003: un total de 6 años y medio y participó en el Tribunal que le dio la baja laboral. Padecía trastorno afectivo bipolar.

No obstante, el más categórico a la hora de negar que esas capacidades las tuviera afectadas cuando supuestamente vendió los explosivos a la célula islamista que perpetró el 11-M fue el doctor Monge, quien aseguró que "no padece enfermedad que limite su capacidad" y por tanto "no carece de actitudes para entender y comprender".
Añadió además que cuando le visitó en la cárcel el 25 de julio de 2005 para reconocerle no le observó ningún síntoma psicótico ni ningún trastorno mental grave.

Trastornos permanentes

A su juicio Trashorras "no cumple ningún criterio científico de esquizofrenia", y aunque admitió que "un psicótico con consumo de cocaína" puede tener afectada la capacidad volitiva, "la capacidad de conocer en absoluto, a pesar de que pudiera verse disminuida".

Y finalmente, el doctor Vicente explicó que le controlaba la medicación antipicótica (oral y parenteral) a Trashorras e indicó que "no hay duda de que se trata de un enfermo mental", y respecto a que el médico forense de la Audiencia Nacional no lo percibiera, indicó que en las prisiones los trastornos del tipo que sufre Trashorras -bipolar y psicótico- "suelen mejorar porque los límites están muy cerrados".
"Los trastornos de personalidad son permanentes y persistentes", destacó este psiquiatra al añadir que los episodios psicóticos que sufría Trashorras, derivados fundamentalmente del consumo de drogas, "afectan a la capacidad volitiva y a la cognitiva", aunque "no se puede precisar si en los días relacionados con los hechos este hombre estaba en un episodio psicótico".

A preguntas de la defensa del acusado Iván Granados, Monge manifestó que los trastornos de Trashorras hacen que sea una persona que pueda manipular a la gente porque "son sujetos que engañan y mienten buscando un beneficio personal", aunque señaló que no ha apreciado en él rasgos obsesivos.

El juicio se reanudará mañana día 29 de mayo a las 10.00 horas.

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