lunes, 21 de mayo de 2007

Los peritos sostienen que el 11-M se financió con el tráfico de drogas aunque no reunieron ninguna prueba






El juicio por el 11-M se ha reanudado este lunes, en su trigésimo novena sesión, con la negativa de Bachir Ghoumir a declarar. Se había preparado una videoconferencia porque está preso en París. Ante la negativa, se ha dado lectura a la declaración que prestó en la rogatoria del juez instructor. Este testigo, junto al también preso en Francia Atila Turk, había implicado al acusado Hassan el Haski en la masacre. En esta jornada también han comparecido varios peritos policiales que realizaron informes sobre la financiación de los atentados. No hay rastro de movimientos de dinero pero sostienen que se obtuvo del tráfico de drogas. Sin dar cifras, han apuntado que el coste del atentado fue "relativamente pequeño".

Cientos de muestras amontonadas por orden de Sánchez Manzano

L D (Europa Press)
El miembro de la célula francesa del Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM) Bachir Ghoumid se negó a declarar ante el tribunal del 11-M. Su testimonio estaba previsto para esta la mañana de este lunes a través de videoconferencia desde París. No obstante, el preso no quiso ni siquiera ser trasladado desde la prisión donde se encuentra hasta las dependencias en las que estaba previsto que se llevara a cabo su declaración.
 
Ghoumid, encarcelado en Francia por su relación con los atentados de Casablanca, mantuvo contactos con uno de los acusados de la autoría intelectual de los atentados Hassan el Haski. En declaraciones realizadas durante la comisión rogatoria enviada por España, el juez Juan del Olmo le interrogó por la relación de El Haski con el grupo del que forma parte y la posibilidad de que fuera uno de sus principales dirigentes en Europa.
 
La mínima financiación de los atentados
 
Posteriormente declararon los tres peritos encargados del informe sobre la financiación del atentado. Aseguraron, sin dar cifras, que el coste de los atentados fue "relativamente pequeño" y explicaron que la estimación efectuada se realizó teniendo en cuenta el armamento, explosivos y vehículos incautados.
 
Los funcionarios incluyeron en un informe de varios tomos su estudio sobre el dinero manejado por los supuestos terroristas muertos en Leganés. Analiza las cuentas bancarias de las personas relacionadas con la presunta célula misma y realiza un estudio sobre el tráfico de estupefacientes llevado a cabo por varios de sus miembros, en función de las drogas incautadas en los registros domiciliarios.
 
Destacaron que la financiación pasó por Jamal Ahmidan alias "El Chino", que no tenía cuentas bancarias a su nombre, y que los recursos utilizados fueron adquiridos en el ámbito delictivo. Los peritos agregaron que no se detectó movimiento económico entre los distintos miembros de la célula por lo que su conclusión fue que cada uno de ellos aportó su patrimonio personal en la medida de lo posible. Así, el informe califica la inversión de dinero para los atentados como "microfinanciación" procedente de distintas fuentes como pueden ser pequeños donativos, ingresos laborales o robos.
 
En cuanto al acusado José Emilio Suárez Trashorras destacaron que detectaron cuentas con escasa cuantía de movimientos. Comprobaron la recepción de sus pensión de jubilación y añadieron que no se reflejan ingresos derivados de la venta de explosivos o drogas.
 
Cabanillas, de nuevo ante el tribunal
 
El comisario jefe del Instituto de Estudios de la Policía, José Cabanillas, regresó al tribunal del 11-M como perito para exponer a la sala varios de los informes en los que participó en su etapa de responsabilidad en la Comisaría General de Información. Este agente al que Díaz de Mera identificó como la fuente que le habló del informe sobre ETA y el 11-M, resumió junto a otra compañera sus conclusiones en relación con el vídeo reivindicativo de la masacre localizado en Leganés.
 
Explicó que aparecen tres figuras, y la central, que ha sido identificada con Jamal Ahmidan, alias "El Chino", y que él dio por buena, se comporta "como un líder" que aparece además investido con los atributos habituales del mismo. Destacó que es él el que porta el arma, una ametralladora marca Sterling y habla en nombre propio identificándose con Abú Dujana Al Afgani.
 
Señalaron además la existencia de otros objetos en las imágenes característicos de videos reinvindicativos utilizados en Irak, como el corán o la bandera del Islam pegada en la pared. En cuanto a los destinatarios del vídeo, añadieron que si bien la primera parte del mismo va dirigido a la población en general, la segunda parte va para la población musulmana a la que se concede un plazo de siete días para huir de España si tiene miedo.
  
Cabanillas declaró posteriormente en relación con una segunda pericial, en este caso basada en las comisiones rogatorias enviadas para tomar declaraciones a presos en países como Francia, Bélgica, Italia y Marruecos. La mayor parte de los datos obtenidos señalan una pertenencia del considerado autor intelectual de los atentados Hassan el Haski de la sección europea del Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM). Su testimonio no aclaró las numerosas dudas sobre otro de los acusados de ser ideólogo del 11-M, Youssef Belhadj. Los peritos se escudaron en la falta de memoria y en que trabajaron con información que les proprcionó la policía belga, país en el que fue detenido.

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