viernes, 29 de junio de 2007

La irresistible y letal atracción del 'in dubio, pro reo'




PREGUERIAS
 
La irresistible y letal atracción del 'in dubio, pro reo'
 
VICTORIA PREGO

Esto va a mayores. Los abogados defensores van creciéndose según pasan los días. No sé si será esto el efecto de la suma de sus intervenciones. El caso es que de tanto oírles explicar con todo detalle cómo se han visto limitados en su labor de defensa, el relato de sus avatares acaba produciendo la certeza de que no estamos ante una triquiñuela de los letrados, sino ante algo verdaderamente grave. Algo que es imposible que no sea tenido en cuenta por el tribunal.
Pero no es sólo eso. El hecho de que las primeras intervenciones en el juicio oral correspondan a la Fiscalía y a las acusaciones, deja a las defensas el papel estelar en el recuerdo de quienes, no siendo profesionales de esto, siguen el desarrollo de la vista. El efecto final es que los argumentos de los defensores se van haciendo cada vez más sólidos y parecen debilitarse cada vez más las conclusiones definitivas de los acusadores. Quizá sea porque, tanto ellos como el fiscal, han de hacer un dibujo general de la situación , fijando el papel de todos y cada uno de los procesados, mientras que los defensores dedican su atención de manera exhaustiva a uno solo de ellos y pueden así desmenuzar, y desmenuzan efectivamente con maestría, todas o muchas de las pruebas de cargo.

«Y si las acusaciones no logran acreditar su relato ni desacreditar mi relato alternativo, entonces es el mío el que debe prevalecer». Esto fue lo que, en mitad de su apabullante y magnífica intervención, recordó el abogado Francisco Andújar. Estamos ante el principio de la presunción de inocencia y ante el celebérrimo axioma de que, en caso de duda, hay que inclinarse en favor del reo. Andújar tuvo ayer la dificilísima tarea de defender a uno de los presuntos autores intelectuales de la matanza del 11-M, Yusef Belhadj. Pero lo hizo, vaya que sí. No hubo detalle, ni sugerencia, ni documento, ni número de teléfono, que un sudoroso y apasionado Andújar no pusiera ayer sobre la mesa para cargarse, o intentar cargarse, todos los elementos que implican a su defendido en la planificación de la matanza. Puso en muy seria duda la fiabilidad del escrito de la Fiscalía y no digamos ya los de las acusaciones. Pero no fue el único en dejar profunda huella en los oyentes. José Luis Borraz, con una intervención más técnica pero muy fundamentada, defendió con gran eficacia a Hassan El Haski, otro de los supuestos «autores intelectuales». Y Ricardo López hizo lo propio sobre Nasredine Bousbaa. Sólo tres letrados, pero qué tres argumentaciones.

Anegada por la zozobra de estar peligrosamente cerca de la deslizante pendiente del in dubio, pro reo, resulta muy de agradecer que ahí, en estrados y en silencio, se sienten tres magistrados que escuchan, filtran y anotan. Y que , cuando sea, sentenciarán.

victoria.prego@el-mundo.es
 

El abogado de un supuesto cerebro del 11-M acusa a la fiscal de implicarle para involucrar en la trama a Al Qaeda




JUICIO POR UNA MASACRE / Las conclusiones / Día 55
 
El abogado de un supuesto cerebro del 11-M acusa a la fiscal de implicarle para involucrar en la trama a Al Qaeda
 
MANUEL MARRACO

MADRID.- La Fiscalía se encontró sin los suicidas, sin los huidos y con media docena de ADN claves sin identificar. Por eso, y para encajar el atentado en las amenazas de Bin Laden, acabó acusando del 11-M a Rabei Osman El Egipcio, Hasan Haski y Yusef Belhadj, a los que la Fiscalía sitúa como miembros del Grupo Islámico Combatiente Marroquí, vinculado a Al Qaeda. Era eso o presentar un banquillo lleno de asturianos y presuntos islamistas de segundo nivel.

Así lo planteó ayer Francisco Andújar, abogado de Belhadj, acusado de ser «Abu Duhana al Afgani, portavoz militar de Al Qaeda en Europa», en cuyo nombre se reivindicaron los atentados.

La vista oral terminará finalmente el 2 de julio, en lugar del día 3. Ayer, las defensas siguieron exponiendo sus argumentos. Entre ellas las de Yusef Belhadj y Hasan Haski, dos de los tres presuntos inductores de los atentados, que responsabilizaron a la Fiscalía de atribuir sin pruebas el papel de ideólogos a sus defendidos.

«Dado que los siete de Leganés estaban muertos, dado que hay cuatro fugados, dado que hay cinco o seis ADN anónimos que están relacionados íntimamente con los escenarios de los atentados, había que meter aquí gente. Y, sobre todo, lo que había que hacer, por aquello del manto de Al Qaeda que envuelve todo esto, es internacionalizar el proceso». Por eso la investigación se llevó hasta Italia (El Egipcio), Francia (Haski) y Bélgica (Belhadj), indicó.

Andújar apuntaló su interpretación de lo sucedido con palabras del propio Javier Zaragoza. «El fiscal jefe dijo aquí que Serhane El Tunecino fue el autor intelectual. ¿De verdad El Tunecino y El Chino necesitaban de alguien que les hiciera germinar la idea del atentado? ¿O ya la tenían?».

Como había hecho en el informe anterior el abogado de Haski, Andújar mantuvo ante el tribunal que la conexión entre los tres supuestos cerebros «sigue siendo un misterio». Nunca, dijo, dos de ellos coincidieron en el mismo sitio al mismo tiempo.

El exceso de la Fiscalía es atribuible también a la Policía. En primer lugar, ironizó sobre la presencia de «un verdadero ejército de Al Qaeda en Lavapiés», ateniéndose a la cifra de 116 imputados que llegó a alcanzar el juez Juan del Olmo. Un instructor que, al igual que la fiscal Olga Sánchez, «ha tomado como dogma de fe» el contenido de los informes policiales que llegaban a la Audiencia.

En lo particular, el abogado consideró nula la declaración policial en la que el sobrino de Belhadj, Mohamend Moussaten, le acusaba de pertenecer a Al Qaeda. El acusado fue sometido a tanta presión psicológica que, «razonablemente, se hundió» y dijo lo que la Policía quería que dijera.

Secreto de sumario

El frondoso apartado de las nulidades, en el que se han recreado la mayor parte de las defensas, incluyó, cómo no, el secreto de sumario. Pero también la ausencia de intérprete para comunicarse con Belhadj. El marroquí, extraditado por Bélgica en abril de 2005, no habla español y durante los 18 meses que siguieron a su llegada a España no pudo comunicarse con su abogado. Es decir, durante toda la instrucción.

El repaso por los indicios contra el presunto cerebro del 11-M alcanzó el esquema de perfecta organización terrorista empleado en su informe por la asociación de Pilar Manjón. «Ese cuadro nunca ha estado en el ordenador de El Chino. En todo caso, ha estado en el ordenador del letrado que lo exhibió. Eso sí, era un cuadro estupendo».

Algo similar sucede con el manual para detonar bombas con móviles, que según la Fiscalía se halló en poder de Belhadj. «El dato es demoledor», dijo Andújar, «pero lo cierto es que en ningún lugar de la Comisión aparece ese manual».

Como éste, la mayor parte de los datos incriminatorios empleados por la Fiscalía se encuentra en la investigación remitida desde Bélgica. El abogado aseguró que esa Comisión no había sido ratificada judicialmente y, por tanto, no era válida. Aun así, abordó los dos elementos más aparatosos.

El primero, que Belhadj activó dos teléfonos con fechas de nacimiento falsas que coincidían (día y mes) con la de los atentados de Casablanca y el 11-M, meses antes de que éste se produjera. Sobre este punto, resaltó que la propia Comisión reconoce que no se puede saber si los datos los dio Belhadj y si éstos eran realmente falsos.

Además, cada uno de esos números aparece en la agenda de sendos teléfonos incautados en la investigación belga. En el primero, bajo el nombre de Nom You. Frente a la tesis policial de que se trata de «Nombre Yusef (Belhadj)», Andújar ofreció otra. Se trata de Yousef ben Sellah, la identidad falsa belga usada por El Chino.

El segundo teléfono, el activado con fecha de nacimiento 11 de marzo, aparecía asociado al nombre de Abu Duhana. A la defensa también le encajaba: vuelve a ser El Chino, porque los expertos de la Policía han mantenido en el juicio que, según ellos, lo más probable es que fuera otro alias de Jamal Ahmidan.

La defensa de Belhadj cerró su intervención asegurando que ningún indicio puede llevar a otra cosa que a la declaración de inocencia. «Le sometieron a todo tipo de pruebas: se han cotejado sus huellas, su ADN, su voz y su escritura con todo lo que se ha hecho en el sumario. Nada ha salido que le asocie, Morata, Leganés... absolutamente nada. Lo que sí sé es que piden 40.000 años de cárcel», concluyó.

ARGUMENTOS DE SU DEFENSA

«Dado que los siete de Leganés estaban muertos, dado que hay cuatro fugados y dado que hay cinco o seis ADN anónimos que están relacionados íntimamente con los escenarios de los atentados, había que meter gente» en el sumario.

«¿De verdad Serhane 'El Tunecino' y Jamal Ahmidan 'El Chino' necesitaban a alguien que les hiciera germinar la idea del atentado? ¿O ya la tenían con anterioridad?».

«Le sometieron a todo tipo de pruebas. Se han cotejado sus huellas, su ADN, su voz y su escritura con todo lo que se ha hecho en el sumario. Nada ha salido que le asocie, absolutamente nada. Lo que sí sé es que piden 40.000 años de cárcel».


Un ideólogo que no conoce a los acusados ni ha estado en Madrid




HASAN HASKI
 
Un ideólogo que no conoce a los acusados ni ha estado en Madrid
 
El defensor del supuesto líder del GICM, al que la fiscal atribuye el 11-M, considera que ha quedado acreditado que ni siquiera existe
 
JOAQUIN MANSO

MADRID.- «Resulta llamativo». A la defensa de Hasan Haski, acusado como autor intelectual de los atentados del 11-M, le llama la atención que la fiscal Olga Sánchez no haya «cambiado ni una coma» en relación a su defendido en su escrito de conclusiones, cuando, a su juicio, todas las pruebas de cargo que lo señalaban como líder del Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM) -«si es que existe», remarcó el letrado- han quedado desmontadas durante la vista. «Nunca ha estado en Madrid», insistió.

El juez Juan del Olmo y la Fiscalía atribuyen la matanza a una supuesta célula española del GICM. Para el abogado José Luis Borraz, sin embargo, lo que ha quedado acreditado en el juicio es «la no existencia del GICM», lo que descartaría que Haski integrase una organización terrorista.

Borraz presentó ayer un informe apabullante desde el punto de vista técnico, con abundantes citas jurisprudenciales, doctrinales y del derecho comparado, pero escasamente atractivo desde el punto de vista mediático. Con parsimonia, fue analizando minuciosamente la prueba que pesa contra su defendido, para el que se piden más de 39.000 años de cárcel, y reclamó para él la libre absolución.

El principal testimonio incriminatorio es el de Attila Türk, detenido en Francia como miembro de la célula francesa del GICM. Éste había declarado en una comisaría de París que Haski se había jactado de que el 11-M había sido obra de «su grupo de marroquíes en España», que el acusado «estaba muy nervioso» en los días previos a la matanza, que conocía a Jamal Zougam y que en una reunión en Bélgica en noviembre de 2003 disputó al islamista Abdelkader Hakimi el liderazgo del GICM en Europa.

Como ya se había encargado de poner de manifiesto durante el juicio, Borraz volvió a destacar que las imputaciones que realizó Türk se produjeron tras más de 11 declaraciones en menos de cuatro días -«bajo torturas» y «en condiciones diabólicas»-, sin descanso y sin abogado. Y que el testigo se retractó cuatro veces ante la autoridad judicial francesa, otra ante el propio juez Del Olmo y la fiscal Olga Sánchez y la última, la más importante, en la propia vista del 11-M, cuando lo negó todo, excepto que había alojado a Haski en su casa de París en abril de 2004.

Respecto al sobrenombre Abu Hamza, que la fiscal asigna a Haski para sostener su acusación, recordó que otros dos islamistas aseguraron que sólo «raramente» se dirigían a él así.

Borraz también se refirió al informe de los peritos de la UCIE sobre las comisiones rogatorias a Bélgica -cuando comparecieron, el letrado y su colega Francisco Andújar, que defiende a Yusef Belhadj, protagonizaron una de las sesiones más memorables de la vista-. En él consta, expresamente, que «la pertenencia de Hasan Haski al GICM es controvertida». Más aún, otro de los indicios invocados por la acusación pública queda desmentido de plano: en casa del Abdelkader Hakimi nunca apareció un pasaporte de Hasan Haski.

Por lo demás, Borraz expuso que «del interrogatorio a los procesados se ha subrayado que no conocía a ninguno, ni a ninguno de los suicidas, ni ha coincidido jamás en ningún sitio con ninguno de ellos», lo que, para el letrado, «deja sin efecto la imputación como autor intelectual».

ARGUMENTOS DE SU DEFENSA

El principal testigo de cargo, Attila Türk, declaró en Francia en «condiciones diabólicas» y se retractó cinco veces, la última en el juicio.

«No conocía a ninguno de los procesados. El informe policial dice que 'la pertenecia de Haski al GICM es controvertida'».


Defensas inanes o defensas más bien eficaces




ASI LO CUENTAN
 
Defensas inanes o defensas más bien eficaces
 
VICTOR DE LA SERNA

Llegó la hora de unos abogados defensores menos polémicos en el juicio del 11-M, y los diferentes cronistas se dividen de manera no siempre previsible a la hora de valorar sus intevenciones. Victoria Prego, en EL MUNDO, centraba la nueva fase de esta manera: «Los letrados que intervinieron en la tanda de ayer no eran de ésos a los que los periodistas hemos venido haciendo caso -para apoyarlos o para tratar de destrozar su buen nombre- desde que el juicio comenzó. Eran del otro grupo, del de los abogados discretos y habitualmente silenciosos, que hacen pocas preguntas pero certeras, y que no han provocado en todo este tiempo ni murmullos ni atención».

Prego explicaba algo que muchos llevan semanas olvidando: «Beatriz Bernal, la primera en intervenir, (...) en su excelente informe de conclusiones empezó por dejar sentado que no corresponde a las defensas demostrar la inocencia de los acusados, sino a las acusaciones demostrar su culpabilidad. Uno tras otro, siguieron esa senda (...) sus compañeros, que acabaron apuntalando con firmeza la tesis de que muchas de las responsabilidades que se atribuyen a estos procesados de segundo nivel son puras especulaciones».

Bernal defendía a Otman Gnaoui. Aquí mismo, en EL MUNDO -un medio que ofrece variados puntos de vista sobre este juicio- David Gistau se desmarcaba claramente de la opinión de Prego: para él, esta defensa se inscribe entre las inanes, no entre las eficaces: «Lo que cabe preguntarse es si también fue por mala suerte por lo que Gnaoui recibiera una llamada de El Chino pidiéndole que acudiera a Burgos para escoltar el transporte de explosivos sin olvidarse de llevar el clavo largo, eufemismo utilizado para el fusil Sterling».

En línea con el escepticismo ante estas defensas también se inscribe el análisis de Germán Yanke en 'ABC': «Todos, como ya se ha visto en anteriores informes, tenían malas compañías. Los defensores no pretenden exculpar a esos malos amigos, sino a sus patrocinados, que son presentados como unos benditos equivocados o despistados».

Quien, en cambio, se suma a las alabanzas de este grupo de defensores es Pablo Ordaz, látigo de la conspiración en 'El País', que titula rotundamente: Una señora defensa. La abogada de Bouharrat da una lección a los que olvidaron a sus clientes en favor de la conspiración. Su heroína es en este caso Isabel García Moreno, defensora de uno de los acusados secundarios más cooperativos con el tribunal, que había estado callada hasta ahora: «Ayer, su abogada intentó aprovecharlo todo al romper por fin su silencio. Y lo hizo durante una hora larga para demostrar -a su cliente y a sus compañeros- que es posible ejercer una defensa eficaz sin adentrarse en oscuros túneles conspiratorios ni emprender, como el abogado de Zougam, exóticas excursiones a Alabama».


 

'El afgano'




EL BLOC DE
 
'El afgano'
 
Luis del Pino

Recital. El abogado de Yousef Belhadj, Francisco Andújar, ha dado hoy todo un recital jurídico, desmontando prueba a prueba, imputación a imputación, la catarata de disparates que la Fiscalía había vertido sobre ese supuesto autor intelectual de los atentados. Para empezar, ha mostrado cómo era falsa la atribución a su cliente de ese sobrenombre, Abú Duhana al Afgani, que la Fiscalía pretende que corresponde al cerebro de los atentados. Ha recordado, asimismo, cómo las pruebas periciales certificaron que no es la voz de su cliente la que aparece en el vídeo de reivindicación del 13-M. Ha demostrado cómo la Policía española ha incluido en sus informes referencias a pruebas que no existen, como por ejemplo esa supuesta revista de electrónica que habría sido encontrada en la casa de Belhadj en Bélgica y donde se muestran montajes de circuitos con móviles: ni esa casa de Bélgica era el domicilio de Belhadj, ni tampoco se encontró esa revista (¡toma nísperos!) en ese inmueble, sino en otro que nada tiene que ver con Belhadj, tal como consta en la documentación original de las autoridades belgas. Me temo que la Fiscalía se va quedando sin cerebros, igual que se ha quedado sin autores materiales.

Reivindicación. El asunto del vídeo de reivindicación del 13-M puede tener un gran alcance jurídico. Después del 11-M, varias personas fueron detenidas en Bélgica, entre ellas Yousef Belhadj. Sin embargo, éste fue puesto en libertad, al no encontrarse ningún indicio incriminatorio contra él. Meses después, Del Olmo pidió a Bélgica que detuviera y extraditara a Belhadj, afirmando que su voz es la que sale en el vídeo de reivindicación. Sin embargo, al hacerse las pruebas periciales, resultó que era falso: la voz de Belhadj no coincide con la del individuo que sale en el vídeo. Pero eso quiere decir que la propia extradición de Belhadj desde Bélgica podría ser nula en origen, puesto que se adujo una razón falsa para que se concediera esa extradición.


 

«El convidado de piedra» y «el perfecto desconocido»




JUICIO POR UNA MASACRE / Las conclusiones / N. BOUSBAA
 
«El convidado de piedra» y «el perfecto desconocido»
 
J. M.

MADRID.- No es el primer abogado defensor que se queja de la escasa atención que ha merecido su patrocinado para las acusaciones, pero sí el que lo ha hecho de manera más elocuente. El letrado Ricardo López, que representa a Nasredine Bousbaa, lo dijo claro: «Ha sido el convidado de piedra en este procedimiento. A lo largo de la causa no ha sido mencionado por nadie. Es el perfecto desconocido».

La Fiscalía pide para él 11 años de cárcel por falsificar dos pasaportes y un carné de conducir para Jamal El Chino. López reconoció que el islamista había contactado con Bousbaa para pedirle que le manipulase tres pasaportes, a lo que el acusado se negó, por encontrarse los documentos en muy mal estado.

El letrado expuso, además, que difícilmente podía haberlo hecho, ya que en los registros domiciliarios que se efectuaron en su casa y en la de su suegro, no se encontró ningún útil que sirviese para esos fines. Además, destacó que Bousbaa había sido operado recientemente de cataratas, y con la visión tan afectada parece imposible que hubiese podido llevar a cabo el encargo.

Recordó también que en ningún documento de los que apareció en Leganés se encontraron sus huellas o su ADN.


 

La camisa negra del 'cowboy' malo




A SANGRE FRIA
 
La camisa negra del 'cowboy' malo
 
DAVID GISTAU

La ausencia de los suicidas de Leganés y, sobre todo, la de 'El Tunecino' y 'El Chino', dejó en el juicio un vacío argumental. Si John Ford dijo que para contar una historia bastaban dos personajes y un conflicto, aquí tanto a la Fiscalía como a los cronistas les sobraba conflicto, pero se quedaban cortos de personajes. Faltaba nada menos que la cúpula del Mal. No un cowboy con camisa negra, sino el iluminado pastor de voluntades y el brazo ejecutor al que besaban el anillo todos los malandras de Lavapiés. Muertos ambos a destiempo. Así, la Fiscalía y los cronistas se enfrentaban a una tarea tan incómoda como lo sería la de un guionista que tuviera que explicar a Superman sin poder contar con Lex Luthor. Por ello, al cowboy de camisa negra con el que se cierra el planteamiento fordiano del conflicto hubo que inventarlo mediante un casting. Osman. El Haski. Belhadj. Una cúpula del Mal improvisada. Por la Fiscalía. Y por los cronistas.

El abogado de Belhadj, Francisco Andújar, dijo ayer que, de haber sido capturados vivos El Chino y El Tunecino, algunos de los procesados ni siquiera estarían en la jaula. Tal vez no sea para tanto. Pero es verdad que, si hubiéramos dispuesto de un malvado absoluto como El Chino para acribillarlo con renglones, los cronistas probablemente no habríamos endosado a El Egipcio un retrato del jefe de terroristas que se nos hacía necesario para la narración. No habríamos vigilado hasta sus gestos más nimios a la espera del instante en que el monstruo se delatara. ¿Que se llevaba las manos al rostro porque la gripe le daba jaqueca? «¡Miradle, está rezando!», clamaba el cronista. Si se sentaba solo en la primera bancada, en seguida deducíamos que aquél era un lugar de honor reservado al jefe, como la barrera del nueve en Las Ventas pertenece a la pomada social.

El Egipcio cargó aún más que El Haski y Belhadj con esta exigencia del guión. Pero Endika Zulueta casi logró desbaratarnos el personaje cuando desacreditó las grabaciones. Acaso no sea el humilde inmigrante que su abogado propone, sino un captador de yihadistas. Pero las pruebas se nos quedan cortas para declararlo el Lex Luthor del 11-M, por más que haya que resignarse a que el hueco argumental permanezca vacío.

Algo parecido lograron ayer con El Haski y Belhadj sus abogados defensores. Como El Egipcio, ambos entraron en el juicio trayendo endosado el papel de autores intelectuales, de jefes ubicados en el eslabón más alto de la cadena alimenticia. Y ahora que el juicio se acerca a su final, se instala la sensación de que contra ellos apenas hay indicios más que forzados. Lo que dijo alguien que luego se retractó. Los apodos compartidos con un perro. Una revista que no sabemos si hablaba de bombas o de tostadoras. Y la afición a la numerología de Olga Sánchez, que busca culpables en el sudoku. No importan por lo que son. Importan por lo que querríamos que hubieran sido los que, estafados por la muerte de El Chino, necesitábamos culpables o personajes.


 

Un joven sin estudios que ha rehecho su vida




JUICIO POR UNA MASACRE / Las conclusiones / ANTONIO IVAN REIS 'JIMMY'
 
Un joven sin estudios que ha rehecho su vida
 
J. M.

MADRID.- Iván Reis, Jimmy, era en 2004 «un joven de 21 años que pertenecía a una familia con escasísismos recursos económicos, sin estudios, que casi no sabía escribir, y abandonado por su padre cuando tenía siete años». Su defensora, María del Mar Ramos, insistió ayer en la película del chico inmaduro engañado por un Trashorras sin escrúpulos que ya se había visto en la sala cuando expuso la abogada de Amokachi.

El relato volvió a resultar bastante verosímil, enmarcado, como entonces, en un informe final claro, sencillo y solvente. Lo único que ha quedado probado, en opinión de la letrada, es que Jimmy realizó un viaje en Alsa a Madrid en enero de 2004 con una bolsa cerrada con un candado, a cambio de que Trashorras saldase las deudas por hachís que acuciaban al joven. Previamente, Toro le había puesto una pistola en la cabeza.

Según la abogada, Trashorras le dijo que lo que transportaba era «polen de hachís en mal estado», y ningún testigo ha dicho que Jimmy pudiese siquiera sospechar que eran, en realidad, explosivos. «Hubiese sido un kamikaze» si hubiese accedido a llevar dinamita en un autobús, razonó María del Mar Ramos, que reclamó para él la absolución, frente a los cuatro años que pide la fiscal.

La película de Jimmy acaba bien: está casado y con dos hijos, y trabaja como escayolista en Canarias.

ARGUMENTOS DE SU DEFENSA

No podía saber que lo que transportaba en la mochila eran explosivos. «Si lo hubiese sabido sería un kamikaze».

Trashorras le aseguró que era «polen de hachís en mal estado» y ningún testigo lo ha negado. Toro le amenazó con una pistola.


Las defensas de dos de los supuestos ideólogos del 11-M evidencian la falta de pruebas contra ellos




Las defensas de dos de los supuestos ideólogos del 11-M evidencian la falta de pruebas contra ellos

Las defensas de los supuestos ideólogos del 11-M Hassan El Haski y Youssef Belhadj sostuvieron, en la quincuagésima quinta jornada del juicio, que no hay ninguna prueba para inculpar a sus patrocinados y aseguraron que no ha quedado acreditado que tuvieran alguna implicación en la preparación e ideación de los atentados de Madrid. En esta sesión se ha puesto también en duda la labor desempeñada por la Fiscalía y el juez instructor.

 Bousbaa, un completo desconocido

(Libertad Digital) El abogado defensor de Youssef Belhadj ha comenzado su alegato final criticando duramente la instrucción, realizada por Del Olmo, y a la Fiscalía. "En esta causa se detuvo, nada más y nada menos, que a 120 personas. Es como si tuviéramos un ejército de Al Qaeda en Lavapiés", ha ironizado el abogado. Pero, tal y como ha recordado, de esos 120 detenidos "sólo se procesó a 29".
 
Y es que para Francisco Andújar, "si aquí estuvieran los 7 fallecidos en Leganés, más los 4 huidos, más las personas a las que corresponde el ADN encontrado en el piso, no hubiese sido necesario traer a juicio a Rabei Osman, ni a Hasan El Haski, ni a Youssef Belhadj", considerados autores materiales de los atentados del 11-M. "Internacionalizar este proceso, ¿para qué?", se ha preguntado. "Porque, si no, habríamos tenido sólo gente de Asturias". Por ello, puso también de manifiesto la existencia a lo largo de toda la causa de una completa "falta de rigor" que comenzó con la Policía y se extendió a la instrucción y a la acusación practicada por las acusaciones durante la vista oral. "El rigor ha brillado por su ausencia", dijo.
 
El secreto sumarial y los traductores, causa de nulidad
 
Como han hecho todas las defensas que le han precedido, Francisco Andujar ha señalado como una de las causas de nulidad que solicita el secreto sumarial. "El Tribunal Constitucional habla de levantamiento (del secreto de sumario) con la antelación suficiente para poder pedir nuevas diligencias de prueba o repetir las anteriores", ha recordado el abogado de Belhadj. Y ha añadido que "el secreto se levanta a finales de abril de 2006 y el plazo para conclusiones provisionales se extendió hasta junio de 2006".
 
Si ya de por sí el letrado expuso el poco tiempo concedido, explicó que en su caso tuvo un problema añadido: el de los traductores. El letrado explicó con todo detalle las dificultades que le supuso la comunicación con su cliente que no habla castellano. Recordó que lo trajeron de Bélgica y únicamente conoce el francés y el árabe por lo cual durante un periodo de un año y ocho meses no pudo comunicarse con él. Indicó que se vio obligado a dirigirse a todas las instituciones judiciales españolas para solicitar un traductor, que finalmente y tras incontables trámites, le facilitó el Ministerio de Justicia.
 
Este problema de idioma influyó también que la comprensión por parte de su cliente de las acusaciones vertidas en su contra. "Youssef Belhadj se pasó un año y ocho meses sabiendo que estaba imputado en el caso del 11-M pero sin saber por qué".
 
Sobre los delitos por los que le acusa la Fiscalía, pertenencia a banda terrorista en grado de dirigente y autor material de los atentados por inducción por los que pide 38.962 años de cárcel, su abogado ha señalado que "la Fiscalía tenía que haber acreditado la pluralidad de actos que le llevaron a convertirse en líder" y ha añadido que "una persona no se levanta un día y es un líder" ya que "el liderazgo requiere un tiempo".
 
Una huelga de hambre "no es una cuestión penalmente relevante"
 
Ha recordado uno de los motivos esgrimidos por el letrado Gonzalo Boyé. Este abogado de la acusación llegó a plantear que el hecho de que Belhadj, Rabei Osman y El Haski hubieran liderado una huelga de hambre, secundada por otros procesados, era "un indicio suficiente" de su condición de dirigentes. Francisco Andújar ha señalado a este respecto que una la huelga de hambre supone un perjuicio para la salud, "pero no es una cuestión penalmente relevante". "No se puede decir que mi patrocinado es culpable de esos delitos porque no come".
 
Asimismo, ha añadido que la conexión entre su cliente y los otros dos presuntos ideólogos sigue siendo "un misterio", ya que "alguien tendría que haber demostrado que estuvieron en el mismo sitio y al mismo tiempo". Y ha puesto de manifiesto que de Belhadj "no hay huellas ni rastros de ADN en ninguno de los escenarios de los atentados".
 
El Haski no conoce a los imputados ni a los muertos de Leganés
 
Por su parte, en su alegato final, el abogado de Hassan El Haski, José Luis Borraz, para quien la Fiscalía pide 38.962 años de cárcel, dijo que no conocía a ninguno de los más de cien imputados que ha habido en este proceso, ni tampoco a los siete supuestos suicidas de Leganés, lo que, a su juicio, lleva a descartar el delito de pertenencia a organización terrorista del que le acusa la fiscal.
 
Borraz se refirió a las manifestaciones de los presos islamistas en Francia Attila Turk, Bachir Ghoumid y Youssef M'Saad –encarcelados por su relación con el GICM– que implican a su patrocinado con el 11-M y sobre las que, destacó, se ha basado su acusación, y en concreto, recordó que el primero de ellos no reconoció en la vista las declaraciones que prestó ante la Policía.
 
Ante las fuerzas de seguridad, Turk dijo que El Haski "estaba muy nervioso y preocupado" antes de los atentados de Madrid, aunque el letrado destacó que prestó once declaraciones y que en ellas no implicó a su defendido en la ideación y preparación del 11-M y apuntó que esa idea surge a raíz de las traducciones que se hacen.
 
Además subrayó que Turk, quien reconoció que alojó a El Haski en marzo de 2004 sin precisar si antes o después del 11-M , declaró "en condiciones próximas a la tortura" y, por lo tanto, esas declaraciones están "viciadas en origen" y no se pueden admitir como prueba de cargo contra su cliente, y recalcó que lo válido es lo manifestado el pasado 22 de mayo ante el tribunal que juzga el 11-M. Explicó que ese nerviosismo y preocupación a los que se refería Turk eran consecuencia de que su patrocinado no tenía donde alojarse en Francia.
 
Sobre Ghoumid, que se negó a declarar en el juicio, el letrado indicó que era amigo de la infancia y que a través de él conoció a Turk, lo que, en su opinión, no implica que El Haski pertenezca a ninguna organización terrorista. El abogado indicó que el interrogatorio de los procesados no es prueba de cargo alguna contra El Haski y dijo que considerar que el silencio que mantuvo su patrocinado en el juicio –sólo accedió a contestar a las preguntas de Borraz– tiene efectos incriminatorios sería contrario a la presunción de inocencia.


jueves, 28 de junio de 2007

La defensa de "Jimmi" dice que no se ha probado que trasladara explosivos en su mochila




La defensa de "Jimmi" dice que no se ha probado que trasladara explosivos en su mochila

La abogada de Antonio Iván Reís Palacio "Jimmi", María del Mar Ramos, dijo este jueves que nadie "en esta sala puede afirmar" que el contenido de la mochila que trasladó su cliente a Madrid el 9 de enero de 2004 pudiera ser explosivo y no hachís en mal estado, como declaró en el juicio. Por su parte, la defensa del acusado Nasreddine Bousbaa, Ricardo López Sánchez, aseguró que su cliente nunca manipuló los tres pasaportes que Jamal Ahmidan "El Chino" le entregó para que los falsificara y añadió que su patrocinado nuca supo que "estaba tratando con un integrista radical".


L D (EFE) María del Mar Ramos, que fue la primera en intervenir en la jornada, sostuvo que su patrocinado "pensaba que trasladaba hachís en esa mochila que estaba cerrada con un candado" y que, a día de hoy, todavía ninguna prueba ha acreditado que transportara otra cosa.



 
En su alegato final, Ramos señaló que Iván Reís, para quién el fiscal pide cuatro años de cárcel por tráfico de explosivos y asociación ilícita, sólo tuvo una actuación puntual ese día 9 de enero, y no participó en ninguna de las actividades ilícitas de los acusados Antonio Toro y Emilio Suárez Trashorras. La letrada pidió la libre absolución de su cliente y, en todo caso, la aplicación de la eximente completa de miedo insuperable, ya que aseguró que Iván Reís fue amenazado por Antonio Toro (al que conoció porque trabajaban en la misma empresa y con quién tenía una deuda de hachís), para que realizara ese viaje que en un principio se negó a efectuar.
 
Expuso numerosos detalles de la personalidad de su cliente, como datos a tener en cuenta para aplicar esa eximente y demostrar que "actuó movido por el miedo". Así, dijo que Iván Reís es un "joven sin cultura, sin estudios, criado en Oviedo sin figura paterna, quien le abandonó a los siete años", y que trasladó esa mochila "movido por el miedo de un mal inminente contra su vida". Recordó que Iván sintió un "dolor inmenso ante los atentados del 11-M", y que se vio implicado en unos hechos que le provocan una profunda repulsa por ese único traslado de una mochila, pero dijo que "nunca ha sabido nada de una trama asturiana de explosivos".
 
Bousbaa no sabía que El Chino era un integrista radical
 
Durante su alegato final, la defensa del acusado Nasreddine Bousbaa, Ricardo López Sánchez, aseguró que su patrocinado nunca supo que Jamal Ahmidan "El Chino" era un integrista radical y dijo que nunca manipuló los tres pasaportes que le dio. El letrado, que pidió la absolución de Bousbaa, para el que la Fiscalía pide 13 años de cárcel por colaboración con organización terrorista y falsificación de documentos oficiales, lo calificó "cariñosamente" como un "auténtico convidado de piedra" pues, dijo, nadie le ha nombrado en este juicio.
 
Explicó que Bousbaa conoció a "El Chino" a mediados de enero de 2004 a través de una tercera persona y dijo que quedó con él porque quería que examinase unos pasaportes pero destacó que estaban en mal estado para falsificarlos, tras lo que se los llevó a casa "a la espera de que le llamase Jamal para la devolución", lo que, según el letrado, hizo dos o tres días antes del 11-M. "Se los devolvió sin manipular", recalcó López Sánchez, que añadió que en los dos registros que se practicaron en el domicilio de su cliente no se hallaron ni sellos, ni fotografías, ni pegamentos, ni máquinas plastificadoras, así como "ninguna documentación que vinculase a Bousbaa con movimientos integristas".
 
El abogado criticó la actuación del Ministerio Fiscal en la segunda declaración que Bousbaa prestó en el juzgado, pues, tras reconocer su cliente que en 1999 falsificó algún documento para ganarse la vida, la fiscal Olga Sánchez le preguntó "sibilinamente" qué instrumentos tenía para falsificar, y éste, que habla español pero no usa bien los tiempos verbales, contestó en presente pero refiriéndose a la época en que falsificaba algún documento. "Es un error interpretativo en cuanto tiempo pasado y presente", sostuvo el letrado, que apuntó que Bousbaa tiene regularizada su situación, lleva una vida normal y nunca ha tenido ningún problema.


Datadiar: Crónica del jueves 28 de Junio de 2007





Una internacionalización del proceso

Las defensas de los supuestos ideólogos del 11-M Hassan El Haski y Youssef Belhadj han planteado hoy, en la quincuagésima quinta jornada del juicio del 11-M, las mismas conclusiones definitivas, que ya se han escuchado en días anteriores por el resto de los abogados defensores: no hay ninguna prueba para inculpar a sus patrocinados y no ha quedado acreditado que tuvieran alguna implicación en la preparación e ideación de los atentados de Madrid.

Tanto el abogado de la defensa de El Haski, José Luis Borraz, como la de Belhadj, Francisco Andújar, acusados para los que el fiscal pide 38.962 años de cárcel, coincidieron ayer en que la acusación es un invento de la policía, la Fiscalía y el juez instructor por lo que reclamaron su absolución y el segundo de ellos dijo que la conexión entre su cliente y los otros dos presuntos ideólogos sigue siendo "un misterio", ya que "alguien tendría que haber demostrado que estuvieron en el mismo sitio y al mismo tiempo" y no se ha hecho.

Andujar se preguntó si su defendido y los otros dos supuestos ideólogos del 11-M, El Sayed, "Mohamed El Egipcio" y El Haski estarían acusados en este proceso si en el banquillo de los procesados estuvieran sentados los siete suicidas de Leganés, los cuatro huidos y las personas a las que corresponden los siete perfiles genéticos anónimos que se hallaron en Leganés.

La Fiscalía considera a Belhadj el portavoz de Al Qaeda en Europa, conocido como "Abu Dujana El Afgani", en cuyo nombre se reivindicaron los ataques a los trenes, a lo que el letrado defensor argumentó que, de las declaraciones de los agentes que han intervenido en el juicio se puede concluir la posibilidad de que "El Chino", fuera Abu Dujana, ya que en las distintas grabaciones en las que se reivindicaba el 11-M en su nombre no aparecía Ahmidan, salvo la encontrada entre los escombros del piso de Leganés, donde es este último quién aparece en calidad de jefe.

El abogado comparó el proceso con “una casa de apuestas”, en el que la Fiscalía y el resto de los acusadores habrían sentado en el banquillo a 28 de los 116 imputados en el sumario, de forma aleatoria, para ver si así acertaban a condenar a alguno de los culpables, para, a continuación afirmar que “las acusaciones se han visto en la obligación de internacionalizar el proceso con la imputación de supuestos líderes europeos de Al Qaeda para dar categoría al juicio y justificar los tres años de investigación”.

También recordó que uno de los agentes que han declarado durante el juicio se inclinó por la posibilidad de que el suicida Jamal Ahmidan "El Chino" fuera Abu Dujana, ya que en las distintas grabaciones en las que se reivindicaba el 11-M en su nombre no aparecía "El Chino", salvo la encontrada entre los escombros del piso de Leganés, donde es Jamal Ahmidan quién aparece en calidad de jefe.

Para defenderse de esa acusación, Andújar se refirió a la declaración que prestó ante la Policía su sobrino, el también acusado Mohamed Moussaten, en la que aseguró que a su tío "le parecía poco" lo que había pasado en Madrid, y destacó que en ese interrogatorio "se rebasaron los límites de la legalidad" para que el joven implicara a su cliente.

Cuestionó la labor de las fuerzas de seguridad y mantuvo que la relación de su cliente con el supuesto autor material Abdelmajid Bouchar y el huido Mohamed Afalah "se ha engordado", pues "como no había nada, no había más remedio que engordarla", y recordó que en los diferentes escenarios de los atentados (finca de Chinchón, piso de Leganés, etc.) no han aparecido huellas de Belhadj.

Explicó que Belhadj viajó tres veces desde Bélgica, donde fue detenido el 1 de febrero de 2005, a España: en 2000 para visitar a su hermana enferma en el hospital; en 2002 al conocer a través de sus familiares residentes en España que el Gobierno había abierto un proceso de regularización de inmigrantes y regresó en 2004 para solicitar la residencia pues su cuñado le consiguió un contrato.

Pertenencia controvertida

El abogado defensor de El Haski, José Luis Borraz, negaba hoy que su cliente perteneciera al Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM), del que la Fiscalía le considera líder en España, y que tuviera alguna implicación en la preparación de los atentados de Madrid.

Aseguró que no ha habido ninguna prueba de que su cliente fuera del GICM, y destacó que hasta uno de los agentes que elaboró el informe en el que se basa la acusación dijo en la vista que "su pertenencia era controvertida".

El letrado manifestó que su defendido "apenas ha tenido presencia en este juicio" y confió en que este hecho redunde en su beneficio. Puso también de manifiesto que el interrogatorio practicado a los procesados "no proporcionó prueba de cargo alguna y ni siquiera el menor indicio".

Se refirió también al silencio de su defendido a las preguntas efectuadas por el resto de partes y lo achacó a que El Haski no ha tenido "un conocimiento pormenorizado de los hechos que se le imputan". Dijo que tomó nota "de todas y cada una" de las preguntas que querían efectuarles tanto las acusaciones como las defensas para formulárselas posteriormente él mismo y señaló que aquellas cuestiones que finalmente fueron objeto de traslado "no tenían relación con los hechos".

Dijo que El Haski, del que manifestó que nunca ha estado en Madrid apenas ha tenido presencia en el juicio, porque no conocía a ninguno de los más de cien imputados que ha habido en este proceso, ni tampoco a los siete suicidas de Leganés, lo que, a su juicio, lleva a descartar el delito de pertenencia a organización terrorista del que le acusa el fiscal.

Borraz se refirió a las manifestaciones de los presos islamistas en Francia Attila Turk, Bachir Ghoumid y Youssef M'Saad -encarcelados por su relación con el GICM- que implican a su patrocinado con el 11-M y sobre las que, destacó, se ha basado su acusación, y en concreto, recordó que el primero de ellos no reconoció en la vista las declaraciones que prestó ante la Policía.

Ante las fuerzas de seguridad, Turk dijo que El Haski "estaba muy nervioso y preocupado" antes de los atentados de Madrid, aunque el letrado destacó que prestó once declaraciones y que en ellas no implicó a su defendido en la ideación y preparación del 11-M y apuntó que esa idea surge a raíz de las traducciones que se hacen.

Además subrayó que Turk, quien reconoció que alojó a El Haski en marzo de 2004 sin precisar si antes o después del 11-M , declaró "en condiciones próximas a la tortura" y, por lo tanto, esas declaraciones están "viciadas en origen" y no se pueden admitir como prueba de cargo contra su cliente, y recalcó que lo válido es lo manifestado el pasado 22 de mayo ante el tribunal que juzga el 11-M.

Explicó que ese nerviosismo y preocupación a los que se refería Turk eran consecuencia de que su patrocinado no tenía donde alojarse en Francia.

Sobre Ghoumid, que se negó a declarar en el juicio, el letrado indicó que era amigo de la infancia y que a través de él conoció a Turk, lo que, en su opinión, no implica que El Haski pertenezca a ninguna organización terrorista.

El abogado indicó que el interrogatorio de los procesados no es prueba de cargo alguna contra El Haski y dijo que considerar que el silencio que mantuvo su patrocinado en el juicio -sólo accedió a contestar a las preguntas de Borraz- tiene efectos incriminatorios sería contrario a la presunción de inocencia.

Desconocía la trama

Ricardo López Sánchez, defensor de Nasreddine Bousbaa, aseguró hoy que su cliente nunca manipuló los tres pasaportes que el suicida Jamal Ahmidan, "El Chino", le entregó para que los falsificara y añadió que su patrocinado nuca supo que "estaba tratando con un integrista radical".

El letrado, que pedía la absolución de Bousbaa, para el que la Fiscalía pide 13 años de cárcel por colaboración con organización terrorista y falsificación de documentos oficiales, lo calificó "cariñosamente" como un "auténtico convidado de piedra" pues, dijo, nadie le ha nombrado en este juicio.

Explicó que Bousbaa conoció a "El Chino" a mediados de enero de 2004 a través de una tercera persona y dijo que quedó con él porque quería que examinase unos pasaportes pero destacó que estaban en mal estado para falsificarlos, tras lo que se los llevó a casa "a la espera de que le llamase Jamal para la devolución", lo que, según el letrado, hizo dos o tres días antes del 11-M.

"Se los devolvió sin manipular", recalcó López Sánchez, que añadió que en los dos registros que se practicaron en el domicilio de su cliente no se hallaron ni sellos, ni fotografías, ni pegamentos, ni máquinas plastificadoras, así como "ninguna documentación que vinculase a Bousbaa con movimientos integristas".

El abogado criticó la actuación del Ministerio Fiscal en la segunda declaración que Bousbaa prestó en el juzgado, pues, tras reconocer su cliente que en 1999 falsificó algún documento para ganarse la vida, la fiscal Olga Sánchez le preguntó "sibilinamente" que instrumentos tenía para falsificar, y éste, que habla español pero no usa bien los tiempos verbales, contestó en presente pero refiriéndose a la época en que falsificaba algún documento.

"Es un error interpretativo en cuanto tiempo pasado y presente", sostuvo el letrado, que apuntó que Bousbaa tiene regularizada su situación, lleva una vida normal y nunca ha tenido ningún problema.

Manifestó también que cuando su cliente conoció a “El Chino”, lo calificó de "polidelincuente" y del que dijo que Bousbaa lo vio en tres ocasiones, "no podía sospechar de que sería un futuro terrorista".

Además, indicó que cuando el suicida le preguntó por falsificaciones su patrocinado pensó que se dedicaba al trapicheo de drogas o a traer personas de Marruecos a España que cruzaban el Estrecho de Gibraltar.

Una triste infancia

La abogada de Antonio Iván Reís Palacio "Jimmi", María del Mar Ramos, ha afirmado hoy que nadie "en esta sala puede afirmar" que el contenido de la mochila que trasladó su cliente a Madrid el 9 de enero de 2004 pudiera ser explosivo y no hachís en mal estado, como declaró Reís en el juicio.

Esta letrada sostuvo que su patrocinado "pensaba que trasladaba hachís en esa mochila que estaba cerrada con un candado" y que, a día de hoy, todavía ninguna prueba ha acreditado que transportara otra cosa.

Recordó que Iván sintió un "dolor inmenso ante los atentados del 11-M", y que se vio implicado en unos hechos que le provocan una profunda repulsa por ese único traslado de una mochila, pero dijo que "nunca ha sabido nada de una trama asturiana de explosivos".

Ramos relató que Iván Reís, para quién el fiscal pide cuatro años de cárcel por tráfico de explosivos y asociación ilícita, sólo tuvo una actuación puntual ese día 9 de enero, y no participó en ninguna de las actividades ilícitas de los acusados Antonio Toro y Emilio Suárez Trashorras.

La letrada pidió la libre absolución de su cliente y, en todo caso, la aplicación de la eximente completa de miedo insuperable, ya que aseguró que Iván Reís fue amenazado por Antonio Toro (al que conoció porque trabajaban en la misma empresa y con quién tenía una deuda de hachís), para que realizara ese viaje que en un principio se negó a efectuar. Además, “El Chino” casi le pegó porque no entregó una cantidad de dinero.

Además. Señaló que Gabriel Montoya Vidal, que ha constituido un pilar básico de la acusación, en juicio ha declarado que no ha tenido ningún trato con “Jimmi" y que sólo sabía que vivía en un barrio de Avilés y que pensaba que bajaba hachís

Comentó muchos detalles de la personalidad de su cliente, como datos a tener en cuenta para aplicar esa eximente y demostrar que "actuó movido por el miedo".

Así, dijo que Iván Reís es un "joven sin cultura, sin estudios, criado en Oviedo sin figura paterna, quien le abandonó a los siete años", y que trasladó esa mochila "movido por el miedo de un mal inminente contra su vida".

El juicio se reanudará mañana a las 10.00 horas.

El abogado de Bouchar dice que éste nunca estuvo en el piso de Leganés




El abogado de Bouchar dice que éste nunca estuvo en el piso de Leganés

El abogado defensor de Abdelmajid Bouchar ha defendido que su cliente nunca estuvo en Leganés y que, en todo caso, "se marchó mucho antes" de la explosión por lo que no se le puede atribuir ningún tipo de responsabilidad en estos hechos. Ha destacado que ningún testigo reconoció a Bouchar en los trenes, pese a lo cual la Fiscalía lo considera autor material de los atentados. Y ha puesto de manifiesto la multitud de contradicciones que existen en las declaraciones policiales.


(Libertad Digital) El último en declarar en la sesión de este miércoles ha sido el abogado de Abdelmajid Bouchar, considerado autor material de los atentados. Según la Fiscalía, huyó de la casa de Leganés al detectar la presencia de la Policía. El Ministerio Público pide un total de 38.950 años de cárcel para este acusado al que considera responsable de los delitos de pertenencia a banda armada, 191 asesinatos terroristas, 1.841 en grado de tentativa y cuatro estragos terroristas. 
 
Su letrado, Juan Jesús Yeves, dijo esta tarde que su cliente "nunca estuvo" en la casa de la calle Carmen Martín Gaite de Leganés y añadió que, en todo caso, "se marchó mucho antes de que ocurrieran las inmolaciones". Indicó que "no es delito ser árabe" y destacó que no existe ninguna prueba concluyente de autoría de la masacre. El letrado negó cualquier implicación de Bouchar en los acontecimientos de Leganés y se preguntó cómo es posible que tomara parte si no se encontraba allí en el momento en que se produjeron, por lo cual no pudo tomar ninguna decisión sobre la explosión.
 
Destacó que ninguno de los testigos presenciales, que se encontraban en los trenes en el momento de los atentados, ha realizado un reconocimiento concluyente de su patrocinado. Así, destacó que la única persona que dijo verle admitió que le confundía con Jamal Zougam, con el que tiene un cierto parecido físico. Puso también de manifiesto que no se ha detectado ADN de Bouchar ni en la furgoneta Renault Kangoo, ni en las ropas abandonadas en Vicálvaro.
 
En cuanto a la identificación realizada por un funcionario policial que le siguió en su supuesta huída de Leganés, el abogado señaló que el agente no reconoció a su representado días después de los hechos en un reconocimiento fotográfico y añadió que tampoco le identificó en una rueda celebrada tiempo después. "Dos años más tarde y en declaraciones a esta sala dice que era él", señaló y agregó: "¿Cómo es posible que cuando le perseguía no lo reconozca ni en fotografía y dos años después lo haga sin ninguna duda?".
 
También destacó que a la bolsa de basura, que presuntamente depositó Bouchar a la salida del piso, se le "han atribuido varios colores azul, gris, negro". Añadió que "se ha dicho que quien bajó la bolsa no llevaba guantes, sin embargo no se han encontrado las huellas de Bouchar en la misma. La bolsa contenía un hueso de dátil, sin embargo no se practicó análisis de ADN alguno hasta 2005, después de ser detenido Bouchar en Servia".
 
Y ha manifestado que resulta sorprendente que en dicha bolsa de basura no se hallaran huellas o restos de ADN de alguno de los supuestos suicidas que se encontraban en ese momento en el piso. "¿No había más restos en la bolsa que ese racimo de dátiles?", ha cuestionado el letrado.
 
"¿Por qué en el desescombro de Leganés no se encuentra ropa de Bouchar, o huellas en las paredes?–se ha preguntado el abogado– Porque nunca estuvo allí". Y ha recordado que "después de 700 testigos, sólo 7 se refieren a Bouchar y de ellos dos son su padre y su hermano. Los 5 que quedan no son fiables según la Fiscalía".
 
El letrado sugirió que fue la necesidad de detener a alguna persona de origen árabe después de la explosión de Leganés, la que llevó a la detención de su cliente ya que era necesario implicar a alguien. "En este juicio hemos asistido a la celebración de la ceremonia de la acusación. No es delito ser árabe".
 
La inmadurez de Carmen Toro prueba su inocencia, según su abogada
 
Con anterioridad había leído su informe la abogada de Carmen Toro, Mónica Peña quien aseguró que su representada no tenía la madurez suficiente en 2004 como para haber intervenido de alguna forma en la planificación de una operación de tráfico de explosivos. La letrada recordó que entonces Carmen Toro tenía poco más de 20 años y era "notablemente inmadura". "Está acusada única y exclusivamente por ser en su día la mujer de José Emilio Suárez Trashorras", destacó.
 
Peña describió a su defendida como una persona "muy nerviosa e insegura" que "no tiene facilidad de palabra e incluso pierde el habla bajo presión", "deja la toma de decisiones en manos de los demás" y se encuentra "muy apegada a su madre".  Destacó que éste fue uno de los motivos por los que, "en contra de su consejo", su defendida decidió no contestar las preguntas del resto de partes durante su declaración. Dijo también que ha detectado a lo largo del proceso un "especial ensañamiento" hacia su cliente.
 
 
La abogada destacó que Carmen ni siquiera imaginaba las actividades de su marido, José Emilio Suárez Trashorras, durante el tiempo en que estuvo casada con él. Puso de manifiesto que ha sido recientemente cuando ha descubierto que el asturiano solía frecuentar "lugares de ocio que ella no hubiera aprobado", en referencia a las declaraciones de testigos que le han situado en clubes de alterne.
 
En cuanto a la existencia de llamadas efectuadas desde un teléfono móvil a varios de los procesados, principalmente a aquellos relacionados con la trama asturiana, Peña subrayó que el aparato era "de tipo familiar" y que tanto Toro como Suárez Trashorras lo usaban de forma indistinta. Por ello apuntó a su ex marido como el autor de las comunicaciones con otros acusados como Sergio Álvarez, Emilio Llano o Iván Granados.
 
En este sentido destacó que durante la vista oral y a través de las declaraciones de los acusados ha quedado claro que todos ellos "nunca han mantenido contacto con ella" y "la mayoría ni siquiera la conocen". Atribuyó, además, la aparición de los teléfonos de estas personas en su agenda a que pasó los números apuntados por su marido a limpio, desconociendo a quien pertenecían.
 
Por ello consideró que resulta imposible que Carmen Toro contactara con Jamal Ahmidan"El Chino", ya que no lo hizo con los anteriores y sólo lo había visto una vez. Destacó que no podía mantener "una relación de iguales" con "El Chino" debido al radicalismo de este.
 
Reunión en el McDonalds
 
La abogada defendió que su cliente se mantuvo en todo momento aparte en la reunión celebrada en el McDonalds de Carabanchel en el que supuestamente se concretó el tráfico de explosivos. Recordó que ella aseguró que se sentó en una mesa separada desde la que era imposible escuchar la conversación, versión que ha sido corroborada por un testigo que también estuvo presente y comió con ella.
 
Carmen Toro, especificó Peña, nunca ha mentido sobre los lugares que visitó en compañía de Suárez Trashorras, y reconoció por ello haber visitado en su compañía la finca de Morata de Tajuña, donde según la Fiscalía se prepararon los explosivos. Fue esta la única ocasión, dijo la letrada, en la que mantuvo un contacto con Ahmidan que "la toleró porque no tuvo más remedio pero dejó patente su desagrado hacia ella", desencadenando una discusión.
 
"Cariño déjame al margen"
 
Peña se refirió además a la frase pronunciada por su cliente y revelada durante el juicio por uno de los policías que le interrogó en Avilés tras la comisión de los atentados. Según su testimonio, la acusada dijo entonces a Suárez Trashorras: "Cariño, di lo que tengas que decir pero a mi déjam al margen".
 
En opinión de la abogada la frase fue "sacada de contexto" y emplea por la prensa dado que quedaba "bien en los titulares". Dijo que la expresión está vacía de contenido y se presta a multitud de interpretaciones pero sólo demuestra "la candidez" de su cliente, que "tenía la conciencia tranquila" y dijo estas palabras "frente a los policías con total tranquilidad". Según aseguró, Carmen únicamente quiso decir entonces a se ex marido que contara lo que quisiera sobre sus actividades pero dejara claro que ella no tenía nada que ver con sus negocios.
 
La Guardia Civil toleró irregularidades en las minas
 
También expuso este miércoles su informe de conclusiones definitivas la abogada del vigilante de Mina Conchita Emilio Llano, Pilar Gómez, que pidió su libre absolución por falta de pruebas. La letrada recordó que Emilio Llano siguió con "el mismo sistema" que el anterior encargado. Sus superiores nunca le indicaron que cambiara esta manera de trabajar, destacó la letrada, que agregó que la Guardia Civil había percibido irregularidades en la gestión de la mina pero que lo toleró como sucedía en todas las explotaciones asturianas.
 
Emilio Llano, responsable del control de Mina Conchita, está acusado del delito de sumistro de explosivos, por el que la Fiscalía solicita en su caso 5 años de prisión.



El defensor de El Harrak pone en duda la autenticidad del testamento atribuido a Kounjaa




El defensor de El Harrak pone en duda la autenticidad del testamento atribuido a Kounjaa

Las dudas sobre el testamento de Abdennabi Kounjaa, uno de los muertos de Leganés, que desveló Libertad Digital, las ha puesto de manifiesto el abogado de Saed El Harrak. El letrado, Bernardo Monfort, ha recordado que en los primeros registros de la bolsa no se encontró dicho testamento, y sólo apareció días después en la sede central de la Policía Científica. Además, ha señalado que resulta extraño que un islamista radical firme con caracteres latinos. También ha denunciado que a su patrocinado se le detuvo ilegalmente.


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(Libertad Digital) La sesión vespertina del juicio del 11-M la ha inaugurado el abogado de Saed El Harrak, a quien la Fiscalía acusa de colaboración con banda armada. Bernardo Monfort ha puesto de manifiesto las dudas y contradicciones que existen sobre el testamento atribuido a uno de los muertos de Leganés, Abdennabi Kounjaa, y presuntamente encontrado en una bolsa de El Harrak.




El Harrak era compañero de trabajo de Abdennabi Kounjaa, uno de los siete muertos de Leganés, en una empresa de construcción. El propietario de la misma entregó a la Policía tras su detención una bolsa de deporte, perteneciente al acusado, en la que se encontró un documento en árabe que ha sido atribuido al supuesto suicida. Se encuentra en libertad tras haber cumplido dos años de prisión preventiva.

El letrado ha destacado que ni el que fue jefe de su representado, Félix Román, ni los policías que acudieron al polígono industrial de La Laguna ni tampoco la Policía Científica encontraron el supuesto texto. Es más, ha resaltado –como ya adelantó Libertad Digital– que dicho testamento estaba firmado con caracteres latinos.


"La bolsa fue abierta por el responsable de la obra, don Félix Román, que no vio nada. Los agentes que la abrieron, la manipularon y hurgaron en ella tampoco vieron nada. Luego se remitió a la policía de Leganés donde no se vio nada, hasta llegar a la Unidad Central donde se dijo que se había encontrado un testamento de cuatro folios", ha recordado el letrado. También ha resaltado la contracción que, a pesar de que consta en un informe que el testamento tenía 4 folios, los agentes, "que han sido interrogados en juicio, han dicho que tenía 3 folios en dos ocasiones.

Y ha añadido que "la carta está escrita en tres tintas y aparece firmada en caracteres latinos. La firma es dubitada. No tiene sentido que un árabe que escribe su testamento firme en grafía latina".

Pero no sólo eso. Monfort ha resaltado que a los agentes que se presentaron en el polígono industrial, donde supuestamente apareció la bolsa, se "les escapó" en su declaración ante el tribunal que fue la propia Policía la que se puso en contacto con el empresario Félix Román, y no al revés. "Mejor ni pensar lo que ha podido ocurrir aquí".

Además, ha destacado que, aunque a su representado se le imputa un delito de pertenencia a banda armada, los únicos indicios que hay contra él son unos contactos telefónicos que sólo duran un mes, y ha añadido que "no aparece en ninguno de los escenarios" relacionados con la masacre. Ha relatado que es un hombre religioso y que nunca lo ha ocultado. Asimismo, ha señalado que "no ha salido nunca del territorio español y ha estado con móvil de contrato" hasta el momento de su detención.

Ha denunciado, como el resto de los letrados, la "enorme inseguridad jurídica que crea indefensión" a los acusados y que "hace tambalear a la Constitución porque se está corrompiendo el artículo 24". Según Monfort, a El Harrak se le detuvo ilegalmente: "Llámese al sospechoso a declarar y luego deténgasele", pero no al revés.

Aludiendo a la Fiscalía ha pedido que se depuren responsabilidades "porque una cosa –ha dicho– es que el Ministerio Público prepare a los testigos, y otra a los peritos". Por ello, "si la sentencia es condenatoria estaríamos hablando de una estafa procesal", ha concluido el abogado.

Reproducimos a continuación los documentos publicados por Luis del Pino que demuestran que el supuesto testamento está escrito en árabe pero la firma figura con carácter latino. Luis del Pino explica que, para empezar, resulta peculiar el modo en que aparece esa carta. El día 10 de mayo de 2004 (un mes después de los sucesos de Leganés), la Policía detenía a una persona llamada Saed El Harrak y se incautaba de las pertenencias que dicha persona tenía depositadas en la empresa de encofrados en la que trabajaba. Y, casualmente, en el bolsillo lateral de una bolsa de viaje de esa persona aparece esta carta con (según nos dicen) las huellas dactilares y la firma de Abdenabi Kounjaa.
Sin embargo, hay algo raro en esa firma. Disponemos de otro documento firmado por Abdenabi Kounjaa (su permiso de residencia), que el lector puede ver en la Figura 2.

Comparemos ambas firmas. Las figuras 3 y 4 muestran las correspondientes ampliaciones.

Figura 3: Firma de la ficha

Figura 4: Firma de la carta

Según la Policía, ambas firmas (en las que se distingue el principio del apellido Kounjaa) corresponden a la misma mano. Que cada uno juzgue por sí mismo, pero mi impresión personal es que ambas firmas se parecen como un huevo a una castaña.

De todos modos, lo verdaderamente extraño no es que las dos firmas no sean completamente iguales. Lo verdaderamente extraño es justo que las firmas no sean completamente diferentes.


Puede leer además el enigma Visiones contradictorias.

Carmen Toro descarga la responsabilidad en Trashorras y asegura que ella estaba «al margen»




JUICIO POR UNA MASACRE / Las conclusiones / Día 54
 
Carmen Toro descarga la responsabilidad en Trashorras y asegura que ella estaba «al margen»

 
MANUEL MARRACO

Siete defensas, siete, expusieron ayer su informe final al tribunal. La de Carmen Toro la presentó como una joven inmadura y engañada por su marido, el ex minero Emilio Suárez Trashorras. La de Otman Gnaoui apuntó, como habían hecho algunas acusaciones, a otros autores y a una instrucción orientada a ocultarlos.

MADRID.- Pasar por inmadura, débil de carácter, de expresión confusa y engañada por su marido, y airearlo además en un juicio televisado no es nada si sirve para esquivar hasta 38.000 años de prisión.

Así era la Carmen Toro descrita ante el tribunal por su abogada, Mónica Peña. La misma Carmen Toro que ayer escuchaba impasible describir sus desgracias y que hace tres años, cuando sólo tenía 23, se sentó en el regazo de Emilio Suárez Trashorras y le dijo aquello de «cari, cuéntaselo todo, pero a mí déjame fuera».

Para su defensa, sólo se trata de una frase «rimbombante» que sirve para mostrar la «candidez» de Carmen Toro y la tranquilidad con la que sólo puede hablar en presencia de dos policías -los que acabaron deteniendo a Trashorras- «quien no tiene nada que esconder».

Eso hizo ayer la acusada por boca de su representante: quedarse fuera de las actividades de su ex marido, que tampoco salió bien parado en las descripciones: un enfermo mental que desconfía de los demás y que deja a su mujer al margen de aspectos esenciales de su vida.

«Su desconocimiento de la vida de Emilio es general», y de la misma forma que «nunca hubiera aprobado» que visitase ciertos locales nocturnos, tampoco hubiera aceptado que vendiera explosivos. Mantener lo contrario ha sido, según su abogada, «un ensañamiento injustificado» con Carmen Toro. Tal vez, sugirió, por ser «la única mujer en el banquillo».

Lo cierto es que el grado de implicación de Carmen Toro en la trama asturiana ha provocado discrepancias abismales. Las acusaciones solicitan condenas que oscilan entre los cuatro años por tráfico de explosivos y los casi 40.000 que supone considerarla cooperadora necesaria en los atentados.

Pieza «imprescindible»

Tampoco el juez Juan del Olmo y la fiscal Olga Sánchez se alinearon milimétricamente con los informes policiales que recibieron durante la instrucción. Éstos la calificaban de pieza «imprescindible» en el entramado de Trashorras, pero el Ministerio Fiscal renunció a solicitar su ingreso en prisión junto a su hermano y su marido.

Finalmente, la rotundidad de las Fuerzas de Seguridad durante el juicio ha convencido al Ministerio Público de que Carmen pintaba algo más de lo que en un principio había calculado: a los cuatro años que pedía por tráfico de explosivos suma ahora otros dos por asociación ilícita.

Para obtener la absolución, la alegada ignorancia de Carmen Toro tenía que superar algunos obstáculos. Entre ellos, su presencia en la fatídica reunión en un McDonald's de Carabanchel en la que supuestamente se negoció la entrega de explosivos a Jamal Ahmidan, El Chino. Su abogada insistió en que todos los asistentes -con excepción de Zouhier- indicaron que ella se sentó en una mesa aparte y no participó en la conversación entre Trashorras y Jamal Ahmidan. Se trata «de un ejemplo de la docilidad con la que Carmen asume su papel de no participar en determinadas facetas de la vida de su marido, algo que además ella no quiere», dijo.

En febrero de 2004 llega otro episodio clave. El ya matrimonio Trashorras-Toro pasa por la casa de Morata de regreso de su luna de miel en Canarias. «A Carmen no le apetecía», explicó ayer su letrada; «de nuevo se limita a adaptarse a los planes de Emilio».

Sin embargo, ese día pasó algo que no encaja en un perfil sumiso y relegado. Carmen Toro acabó discutiendo ni más ni menos que con El Chino. Ambos se enfrentaron cuando el líder de la célula, a sólo un mes de los atentados, defendió los atentados del 11-S. Ella, en cambio, tuvo la «valentía» de defender el derecho a la vida de las víctimas.

Al margen de los encuentros, quedaban por aclarar las llamadas a terroristas hechas desde un teléfono móvil que estaba a su nombre. Era, según su defensa, un móvil que actuaba como teléfono familiar, que se quedaba en casa cuando ella iba al trabajo y que su marido empleaba cuando le venía en gana. Es decir, las llamadas a El Chino son de Emilio. Ella quedó «al margen de toda actividad» de su marido, dijo, citando al inspector de Estupefacientes de Avilés Manuel García Rodríguez, del que Trashorras era confidente.

La conclusión propuesta por la defensa al tribunal es que Carmen Toro ha sido acusada «únicamente por ser la mujer de Emilio Suárez Trashorras».

ARGUMENTOS DE SU DEFENSA

«Su desconocimiento de la vida de Emilio era total». «Nunca hubiera aprobado» que visitase ciertos locales nocturnos ni que vendiera explosivos.

Todos los asistentes a la reunión del McDonald's de Carabanchel ratificaron que ella se sentó aparte. «Un ejemplo de la docilidad con la que Carmen asume su papel de no participar en determinadas facetas de la vida de su marido».

El teléfono móvil que estaba a su nombre y del que constan llamadas a Jamal Ahmidan 'El Chino' era, en realidad, un teléfono familiar que su marido empleaba cuando quería. Los contactos con el islamista son, pues, de Emilio.


 

La ingenua y el clavo largo




A SANGRE FRIA
 
La ingenua y el clavo largo
 
DAVID GISTAU

Con sus camisetas de Versace y Hugo Boss, algunos acusados parecían ayer haberse alistado para salir hacia Ibiza en cuanto concluya la vista oral. Como si pudieran compartir los planes para el veraneo que, inminente el final del proceso, llenaban las conversaciones de los corrillos durante el receso. Ya se han sosegado las tensiones, incluso las impuestas por el fiscal Zaragoza cuando azuzó a las partes para que se cruzaran el rostro con el guantelete del desafío. Y ahora lo que importa es encontrar la playa bajo los adoquines de la Casa de Campo. Tanto es así, que los alegatos de la sesión de ayer concernientes a personajes menores de la causa fueron seguidos con menos atención de la que merece La Bamba cuando suena en el hilo musical de un ascensor. Personajes como El Akil, alias Panchito, un camello de poca monta al que 'El Chino' arrastró hasta la implicación más o menos involuntaria con el yihadismo.

Los abogados defensores han ensayado diversos modos de victimizar a sus clientes, entre los cuales la supuesta indefensión procesal es el más recurrente. La defensora de Carmen Toro, Mónica Peña, hizo una aportación a esta táctica al sugerir que la imputación de la chica del gángster y su consagración como malvada de serie B por parte de la Fiscalía, no se debía sino a los prejuicios machistas. Fue un intento algo burdo de incomodar conciencias recurriendo a los tópicos de la corrección política, igual que cuando se han atribuido otras acusaciones al racismo: en esto abundó la letrada Isabel García cuando dijo que también ella, como Bouharrat, frecuentaba en Lavapiés los lugares vinculados a El Chino. Y que si él estaba procesado y ella no, era tan sólo por la diferencia de raza. Por otra parte, la defensora de Carmen Toro sugirió que ésta es una persona incapaz de hilvanar una frase completa, que ignoraba el reverso tenebroso de Trashorras -¿tiene otro?- y que acaso creía que su marido dedicaba sus ausencias a visitar museos en vez de puticlubs. Ya lo había intentado Turiel con la enfermedad mental. Pero ésta fue primera vez que un letrado propuso la estupidez como eximente. Según la abogado, incluso de la frase que soltó delante de la Policía -«Cari, cuéntalo todo, pero a mí déjame fuera»- no habría que deducir que Toro es culpable, sino que es tonta. O «ingenua». El tribunal decidirá si se puede ser tonto y culpable al mismo tiempo.

En cuanto a Otman Gnaoui, su defensora, Beatriz Bernal, utilizó el recurso de las «amistades peligrosas» y de la mala suerte de haber estado en el peor momento en lugares tan inadecuados como la finca de Morata. Lo que cabe preguntarse es si también fue por mala suerte por lo que Gnaoui recibiera una llamada de El Chino pidiéndole que acudiera a Burgos para escoltar el transporte de explosivos sin olvidarse de llevar «el clavo largo», eufemismo utilizado para el fusil Sterling. Había cierta curiosidad por comprobar qué alegaba el abogado de Bouchar para ayudar a un acusado contra el cual hay evidencias escandalosas de su presencia en Leganés. Solventó el trámite con un informe breve y desganado, basado en la negación sin argumentos, que casi delató que lo da por perdido.


«¿Es que es delito en España sacar la basura?»




JUICIO POR UNA MASACRE / Las conclusiones / ABDELMAJID BOUCHAR
 
«¿Es que es delito en España sacar la basura?»
 
JOAQUIN MANSO

MADRID.- La defensa de Abdelmajid Bouchar, uno de los dos procesados para los que la Fiscalía mantiene la acusación como autor material de los atentados, reclamó ayer su libre absolución e incidió en el escaso material probatorio que, a su juicio, pesa contra él. Principalmente, que fue visto el 3 de abril de 2004 bajando del piso de Leganés una bolsa de basura, de la que sobresalía un racimo de dátiles en el que fue identificado su ADN. El letrado se preguntó: «Pero ¿es que es delito en España sacar la basura?».
El abogado Juan Jesús Yebes, quizá con la intención de ser expresivo de esa debilidad indiciaria, ofreció un informe final brevísimo -poco más de 20 minutos- y parco, que contrastó con el tono lila estridente de su camisa y corbata, y con la pena que se solicita para su patrocinado: más de 39.000 años de cárcel.

Yebes tuvo tiempo, no obstante, para lanzar una puya a la fiscal Olga Sánchez. Así, recordó que la principal prueba de cargo que existía inicialmente contra Bouchar, el testimonio de una mujer que lo reconoció en los trenes y que se desdijo en el juicio -pasó a señalar a Jamal Zougam-, había sido calificado como «poco fiable» por el fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, en la introducción que hizo al informe del Ministerio Público. Aun así, Olga Sánchez lo esgrimió al día siguiente para poder sostener la acusación contra Bouchar: «Olvida así las palabras de su jefe», insistió.

El letrado hizo hincapié entonces en que ese reconocimiento incriminatorio se produjo «tras un bombardeo de imágenes» de su defendido en los medios de comunicación.

Asimismo, insinuó que el policía que dijo haber visto a Bouchar en Leganés mentía, y subrayó la contradicción entre sus sucesivas declaraciones, en las que no es capaz de identificar al acusado ni de precisar el color de la bolsa de basura. «Sí recuerda, en cambio, el detalle de que sobresalía un racimo de dátiles», apuntó con sorna, para a continuación proclamar que su patrocinado «nunca estuvo en el piso de la calle de Carmen Martin Gaite».

Por último, señaló que Cartagena no lo mencionó en las reuniones de los islamistas, como tampoco la práctica totalidad de los testigos que han depuesto en el juicio.

ARGUMENTOS DE SU DEFENSA

Olga Sánchez mantiene como «fiable» un reconocimiento que el fiscal jefe calificó de «poco fiable». «Olvida así las palabras de su jefe».

«Bouchar nunca estuvo en el piso de Leganés». El policía que dijo verle no pudo indentificarlo.


 

Testamento




EL BLOC DE
 
Testamento
 
Luis del Pino

El lugarteniente. Las distintas defensas han ido poniendo hoy en evidencia la fragilidad del relato de los hechos presentado por la Fiscalía. Ha comenzado la abogada de Otman el Gnaoui, que recalcó lo absurdo que es acusar a su defendido de ser el lugarteniente de El Chino y, al mismo tiempo, reconocer como cierto que Otman dejó de ir por la casa de Morata semanas antes del 11-M, una vez que terminó las labores de albañilería que estaba llevando a cabo. Si participó en los atentados, ¿por qué no continuó acudiendo a esa casa de Morata donde nos dicen que se montaron las bombas?
'Panchito'. Brillante también la exposición del defensor de Abdelilah el Fadual, ese otro supuesto lugarteniente de 'El Chino' apodado Panchito. Ha llamado la atención sobre diversos episodios oscuros de las investigaciones policiales. Por ejemplo, la forma en que se localiza en Ceuta el VW Golf de El Chino adquirido por Abdelilah: no fue la Policía ceutí la que localizó el coche, sino que fue la Policía de Madrid la que le dijo a la de Ceuta dónde estaba aparcado el coche. Eso se llama puntería. La Fiscalía acusa a Panchito de ser poco menos que un capo de la droga, que habría montado su propio negocio independizándose de El Chino. «¿Y qué hacía?», preguntaba el abogado, «¿ese capo de la droga llamado Panchito trabajando como pinche de cocina?».

La mochila. Por su parte, el defensor de Saed el Harrak ha recordado la peregrina historia de la aparición de ese falso testamento con el que se quiso convencer a la opinión pública de lo suicidas que eran las intenciones de los muertos de Leganés. Ha señalado, por ejemplo, cómo ese testamento no fue encontrado al registrar las pertenencias de El Harrak en la comisaría de Leganés. Es sólo al llevarlas al complejo policial de Canillas cuando aparece ese manuscrito en árabe donde algún patán no tuvo otra ocurrencia que incluir una falsa firma en caracteres latinos de Abdenabi Kounjaa.